el cairo. El nuevo mandatario egipcio, Mohamed Mursi, reiteró ayer que el poder del pueblo es la base de su autoridad como primer presidente civil de Egipto, durante un discurso en la plaza Tahrir ante decenas de miles de seguidores, un día antes de que asuma el cargo. "Creo firmemente que ustedes son la fuente del poder y la legitimidad", dijo ante sus seguidores y los manifestantes antimilitares congregados en la simbólica plaza donde comenzó la revolución que culminó con la dimisión de Hosni Mubarak. Mursi, aseguró ayer que "la revolución todavía continúa". "Ninguna institución puede estar por encima de la voluntad popular. Por eso comparezco ante vosotros antes que ante cualquier institución", añadió el líder, en la víspera de su asunción en una ceremonia cuyo protocolo dictó la cúpula militar. Durante su discurso, la multitud lo interrumpió varias veces al grito de "Allahu akbar" (Dios es grande).
Por otra parte, Mursi prometió ayer buscar la liberación del clérigo musulmán Omar Abdel Rahman, quien está sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos. Asimismo, prometió liberar a los civiles derivados a cortes militares egipcias tras la revuelta popular que forzó la salida de Mubarak en febrero del año pasado.
El sucesor de Mubarak es el primer presidente elegido libremente en Egipto. Además, el ingeniero en metalurgia de 60 años es el primer civil que llega a la presidencia en la historia de Egipto, y también el primer islamista. Su poder será, sin embargo, limitado. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en Egipto, que gobierna el país desde la salida de Mubarak, disolvió hace dos semanas el Parlamento y redujo fuertemente las potestades del presidente mediante adiciones a la Constitución.
lucha con los militares La lucha de poder entre los militares, que quieren mantener sus privilegios, pero también evitar una islamización del país, quedó reflejada en el tira y afloja por el lugar en que Mursi será ungido como presidente. Los Hermanos Musulmanes no aceptaron la disolución del Parlamento y pidieron que la ceremonia se realice en el edificio del Parlamento, cerrado por los militares. Los generales insisten, en cambio, en que Mursi -como figura en los agregados que hicieron a la Contitución- jure ante el Tribunal Constitucional. Mursi y los Hermanos Musulmanes -organización que abandonó tras haber sido proclamado presidente-, cedieron finalmente, por lo que Mursi jurará el cargo ante los jueces constitucionales. Sin embargo, en su discurso de ayer ante la plaza, Mursi evitó criticar con demasiada dureza a los militares.
Por otro lado, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó al presidente electo de Egipto, Mohamed Mursi, por ganar las elecciones y le pidió que garantice con su mandato el camino para lograr "más democracia" en el país norteafricano. Ban mantuvo esta semana una conversación con Mursi al que exhortó a velar por que "todos los egipcios sean capaces de lograr sus aspiraciones de mayor democracia, la promoción de los derechos humanos y de un país más próspero y estable", dijo hoy su portavoz, Martin Nesirky, en un comunicado. "El secretario general le ofreció la experiencia y la ayuda de Naciones Unidas como sean necesarias", añadió Nesirky sobre la conversación de Ban con el líder islamista, que ganó las elecciones egipcias con casi el 52 % de los votos y quien se espera que jure mañana el cargo de presidente ante el Tribunal Constitucional. El máximo responsable de la ONU habló también con el jefe de la Junta Militar egipcia, el mariscal Husein Tantaui, quien ejerce de jefe de Estado y a quien Ban felicitó por lograr que las elecciones presidenciales se celebraran "de manera pacífica y transparente".