Bogotá. Los policías y militares liberados por las FARC , los últimos uniformados que mantenían secuestrados las FARC y que han pasado en cautiverio algunos desde 1998 y otros desde 1999, fueron sometidos a un examen médico que determinó su buen su estado de salud -teniendo en cuenta que habían vivido años en un ambiente selvático-, más allá de su delgadez.

Los liberados, fueron recibidos a las puertas del helicóptero por equipos médicos que los abrazaron para caminar junto a ellos sobre la pista del aeropuerto La Vanguardia de Villavicencio, frente a los medios de comunicación. Los familiares no se acercaron a la aeronave, tal y como habían establecido las autoridades, y permanecieron en una sala especial habilitada en el aeropuerto, donde se fundieron en abrazos con sus seres queridos.

Uno de ellos, el sargento de la Policía, José Libardo Forero, habló desde la sala con la emisora RCN Radio y aseguró estar "bien de salud".

Forero, secuestrado el 11 de julio de 1999, agregó que había encontrado "muy mayores" y distintos a sus hijos Libardo y Paola, de 17 y 13 años, respectivamente, más bonita a su mujer Norma y a su padre "muy canoso".

"(Las FARC) Me notificaron el 11 de noviembre (de 2011) que me iban a dejar en libertad", reveló Forero.

Justo en ese mes, las FARC se habían puesto en contacto con Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP) para informarles de su intención de liberar a seis secuestrados, aunque ampliaron a diez la cifra de entregas el pasado febrero.

Los liberados son los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza, y los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina, todos ellos secuestrados entre 1998 y 1999.

Uno de los secuestrados, Wilson Rojas Medina, el más joven de todos con 36 años, lleva consigo un pecarí como mascota. Tras meses de preparativos, bajo la coordinación del Comité Internacional de la Cruz Roja y la mediación del colectivo Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), liderado por la exsenadora Piedad Córdoba, una misión humanitaria recogió en un lugar desconocido de la selva, entre los departamentos del Meta y Guaviare, a los diez uniformados.

Santos, "no es suficiente" Tras el desenlace, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, celebró la noticia, agradeció su apoyo a las partes involucradas en el operativo, pero advirtió de que este gesto no es suficiente, al recordar que siguen cautivos cientos de colombianos civiles.

El presidente aplaudió "los compromisos de las FARC de no volver a secuestrar", en alusión al anuncio que hizo la guerrilla el pasado 26 de febrero, pero "eso no basta, hay que liberar a los secuestrados civiles y hay que dar cuenta a sus familias de cada uno de ellos", agregó. Y es que, según la Fundación País Libre, una organización no gubernamental que registra los casos de secuestro en Colombia, en este país quedan más de 400 civiles privados de libertad por grupos armados ilegales.

Santos adelantó que el Gobierno proseguirá con su política de "enfrentar a los violentos, con toda la fuerza, con toda la efectividad" y dijo que el conflicto colombiano es un asunto interno que se resolverá entre colombianos.