El Cairo. Los combates entre rebeldes y el régimen sirio causaron ayer la muerte de 68 personas en varias provincias de Siria y se extiendieron por la periferia de Damasco, mientras que una delegación de la Liga Árabe viajó a Nueva York para tratar sobre esta escalada de la violencia en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Entre las al menos 68 víctimas mortales registradas tres eran menores y seis soldados, informaron los grupos opositores y medios oficiales del país. Esta cifra se suma a los 98 muertos del sábado, según los activistas Comités de Coordinación Local, que destacaron los enfrentamientos entre soldados desertores pertenecientes al Ejército Libre Sirio (ELS) y tropas del régimen en varios barrios periféricos de Damasco. Estos choques se registraron en zonas como Qabun, Guta, Kafr al Batna, Saqba e Irbin, muy próximas a la capital.
Sin precisar cuál de las dos partes controla estos enclaves, situados en su mayoría al este de Damasco, un activista señaló que los rebeldes están resistiendo a pesar de la ofensiva del Ejército sirio, y que se escucharon disparos en varias zonas de la ciudad.
En Arbin, las fuerzas sirias bombardearon la zona antes de retirarse, mientras que en la localidad de Yabrud, el ELS se enfrentó a efectivos de seguridad del régimen, según los Comités, que informaron de la muerte de 16 personas en los alrededores de Damasco.
Las otras zonas más castigadas por la violencia fueron las provincias de Homs y Hama, dos grandes bastiones de la oposición al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, que se encuentran ubicados en el centro del país, y donde fallecieron al menos 19 y 15 personas, respectivamente.