MADRID. MSF empezó a trabajar el pasado agosto en esos centros, donde ha estado atendiendo a personas que resultaron heridas en la guerra civil. Pero los médicos estaban viendo cada vez más casos de pacientes que presentaban heridas a causa de "las torturas sufridas durante interrogatorios", ha indicado en un comunicado.

Según la organización, estos interrogatorios se hacían fuera de los centros de detención. MSF informó a las autoridades de Misrata en los 115 casos en los que trató a personas con ese tipo de heridas, pero desde enero, varios de los pacientes que volvieron a ingresar en centros de detención fueron torturados de nuevo.

El director general de MSF, Christopher Stokes, ha afirmado que "algunos responsables han tratado de aprovecharse y obstruir la labor médica" de la ONG.

"Nos llevaban pacientes en medio de un interrogatorio para que los atendiésemos y así pudiesen continuar interrogándolos. Esto es inaceptable. Nuestra función consiste en ofrecer atención médica a los heridos de guerra y a los detenidos enfermos, no tratar una y otra vez a los mismos pacientes entre una sesión de tortura y la siguiente", ha subrayado.

A los equipos de MSF también les pidieron que atendiesen a los pacientes en los mismos centros de interrogatorios, pero la ONG se negó "categóricamnte".

EL CASO MAS GRAVE

El comunicado destaca que el caso "más alarmante" se produjo el pasado 3 de enero, cuando unos médicos de MSF atendieron a un grupo de catorce detenidos procedentes de un centro de interrogatorios situado junto a las instalaciones de detención.

"Pese a que MSF había exigido el fin inmediato de las torturas, nueve de ellos tenían numerosas heridas y presentaban señales obvias de tortura", ha afirmado.

La organización informó al Servicio de Seguridad del Ejército Nacional libio de que varios pacientes necesitaban ser trasladados a hospitales donde pudiesen recibir una atención médica urgente y especializada. "A todos los detenidos menos uno les privaron, una vez más, del derecho a recibir atención médica básica y los interrogaron y torturaron de nuevo", ha asegurado.

LAS AUTORIDADES NO RESPONDEN

MSF envió una carta al Consejo Militar y al Comité de Seguridad de Misrata, al Consejo Cívico Local y al Servicio de Seguridad del Ejército Nacional el pasado 9 de enero para reclamar que se dejase de maltratar a los detenidos.

"Pero no se ha emprendido ninguna acción concreta" y, además, "nuestro equipo recibió cuatro nuevos casos de tortura", ha indicado Stokes. "Por eso hemos tomado la decisión de suspender nuestras actividades médicas en los centros de detención", ha agregado.

MSF trabaja en Misrata desde abril del año pasado, cuando se estaba desarrollando el conflicto libio, y lo hace también en los centros de detención desde agosto. Allí ha realizado 2.600 consultas, 311 por lesiones sufridas en actos violentos.

La organización continuará proporcionando atención psicológica en colegios y centros médicos de Misrata y asistiendo a los cerca de 3.000 inmigrantes africanos, refugiados y desplazados internos que viven en Trípoli y sus alrededores.