el cairo. La Junta Militar egipcia zanjó ayer las dudas que aún persistían sobre la celebración de las elecciones legislativas a partir del lunes, y garantizó que las Fuerzas Armadas apoyarán a la policía para garantizar la seguridad en los comicios. Ante decenas de medios egipcios e internacionales, el general Mamduh Shahin acabó de esta forma con las dudas desatadas por las protestas y los disturbios que agitan el país desde el pasado sábado: "No retrasaremos las elecciones, es nuestra última palabra".
El anuncio no contribuyó a acabar con la multitudinaria concentración de la plaza Tahrir, donde fue recibido con escepticismo, aunque por primera vez esta semana la violencia cesó gracias a una frágil tregua. Los jóvenes de Tahrir confían en que hoy una multitudinaria manifesación bautizada como el "viernes de la última oportunidad" congregue a cientos de miles de egipcios para aumentar la presión sobre los generales y que estos acepten abandonar ya el poder. Algo que, a tenor de las declaraciones, no parece fácil.
El general Mohamed Mojtar al Mula dijo en la misma rueda de prensa que solo soltarán las riendas si el pueblo lo decide en un referéndum popular, pero esa oferta fue tan vaga como la que ya formuló el mariscal Husein Tantaui, jefe de la Junta Militar, en su discurso del pasado martes. Ante la insistencia de los informadores, los generales alegaron que ya habían recibido la confianza del pueblo egipcio en el referéndum para enmendar la Constitución el pasado 19 de marzo, y se negaron a fijar una fecha o condiciones para otro hipotético plebiscito.
Pese a que algunos partidos y los congregados en Tahrir han pedido que las elecciones legislativas se retrasen por motivos de seguridad, el Ejército dejó claro que contribuirá a su desarrollo junto a la policía.
Y mientras, las Fuerzas Armadas combinan la defensa de la actuación policial con tímidas retractaciones por anteriores comentarios. El general Al Mula admitió que los antidisturbios cometieron "muchas violaciones" durante los primeros días de la crisis, sobre todo al entrar en Tahrir para sofocar la protesta, pero al mismo tiempo negó que se haya disparado fuego real, como ha reconocido incluso el ministro de Sanidad. Anoche, otro general, Mohamed al Asar, presentó las disculpas al pueblo egipcio, en nombre de la Junta Militar, por las víctimas en los violentos enfrentamientos, que ya han causado al menos 38 muertos.