EL CAIRO. Los Comités de Coordinación Local denunciaron que la represión del Ejército en este viernes, bautizado con el lema "Sólo vamos a arrodillarnos ante Dios", causó ocho muertos en la ciudad de Alepo (norte) y la provincia de Rif Damasco (este), entre otras zonas del país.
En Alepo, los disparos efectuados contra los manifestantes en el barrio de Sajur tras el rezo musulmán del mediodía se cobraron la vida de dos personas. Este barrio está sitiado por las fuerzas del orden que continúan con su ofensiva represora y efectuando vastas campañas de detenciones.
Otras dos personas perdieron la vida en un incidente similar en la localidad de Duma, en Rif Damasco, que ha sido escenario de amplias fuertes protestas contra el régimen sirio.
En Deir el Zur, un hombre de 33 años falleció de un disparo, siendo la última víctima identificada por los Comités, que no especificaron donde se registraron los otros tres muertos. Por su parte, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos informó de la muerte de tres personas en Homs (centro), Sakba (Rif Damasco) y Jan Shijon (Idleb), respectivamente.
A pesar de la represión, miles de sirios participaron hoy en una nueva y violenta jornada de manifestaciones para pedir la caída del régimen de Al Asad.
Los activistas opositores desafiaron al régimen con multitudinarias protestas que se desencadenaron tras el rezo del mediodía también en ciudades como Deraa (sur), Latakia (oeste), Hama (centro) y la capital Damasco, así como en varias localidades de la provincia de Homs.
En Banyas (Homs), los hombres de seguridad sitiaron las mezquitas de toda la localidad para impedir que salieran las manifestaciones, mientras que varios vehículos blindados que transportan a los "shabiha" (matones del régimen) patrullaban las calles.
Además, el régimen sirio tomó medidas similares para acallar las protestas en Hama, donde la represión causó un número indeterminado de heridos, según el Observatorio.
Desde el inicio de la revuelta popular contra Al Asad a mediados del pasado mes de marzo han perdido la vida más de 2.000 personas, según fuentes de la oposición y organizaciones pro derechos humanos sirias, mientras que el régimen de Damasco mantiene detenidas a otras 15.000.