PARÍS. El arresto e inculpación por delitos sexuales del presidente y director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, protagonizó ayer un intenso debate político en Francia sobre sus efectos ante las próximas elecciones presidenciales y ante la imagen del país. El economista, detenido el sábado por la noche en Nueva York y que tendrá que hacer frente a los cargos de violación en grado de tentativa contra una camarera, acto sexual delictivo y retención ilegal, era considerado como el aspirante socialista favorito de cara a los comicios de 2012. El abogado defensor de Strauss-Kahn, Benjamin Brafman, aseguró que su representado se declarará ante el juez no culpable de todos los cargos.
La mujer que ha firmado la denuncia tiene 32 años y trabaja como camarera de hotel. Tras el supuesto incidente, fue trasladada por el servicio de emergencias médicas al hotel Roosevelt, donde fue tratada de heridas de poca consideración. Según la denuncia, la mujer entró en la habitación pensando que ya no había nadie. "Ha contado a los detectives que Strauss-Kahn salió del baño desnudo. Le empujó hacia una habitación de la suite y comenzó a abusar sexualmente de ella", relató un portavoz de la Policía. Según la denuncia, la mujer consiguió zafarse, pero Strauss-Kahn le agarró de nuevo y la llevó "al baño, donde cometió un abuso sexual y luego intentó encerrarla en la habitación".
Su detención ha conmocionado a los socialistas galos. De hecho, dos sondeos publicados ayer por Le Parisien y Le Journal du Dimanche le situaban no sólo como ganador de las primarias socialistas, con el 4% de los votos, sino también como el político con más posibilidades en la carrera hacia el Elíseo. Las reacciones al escándalo se sucedieron a lo largo del día y así el Gobierno, en boca de su portavoz, François Baroin, se ha limitado a decir que "respeta dos principios simples: el del proceso judicial en curso bajo la autoridad de la Justicia estadounidense, y el la presunción de inocencia". No se expresó, en cambio, el presidente Nicolas Sarkozy, que en 2007 apoyó la candidatura de Strauss-Kahn al frente del FMI, pero que tenía en él un posible rival de peso.
el ps exige cautela Los llamamientos a la cautela se han extendido en partidos de derecha e izquierda, y el PS unió filas para pedir, según su primera secretaria, Martine Aubry, que la gente "tenga la decencia necesaria" de esperar a "la realidad de los hechos" antes de considerarle culpable. La fama de mujeriego de Strauss-Kahn, divorciado dos veces y casado en terceras nupcias, no es desconocida en círculos políticos y periodísticos galos, pero la agresión que se le imputa, según sus defensores, no concuerda con su personalidad.
Otros como la presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, fueron más críticos y además de afirmar que esos cargos "le desacreditan definitivamente" como candidato a la más alta función del Estado, han invitado a no ser hipócritas en los comentarios. "Por todo París circulan desde hace meses rumores sobre las relaciones ligeramente patológicas que Strauss-Kahn parece mantener con las mujeres. No puedo decir que me haya sorprendido. Era un secreto a voces, que algunos califican de pulsión, otros de fragilidad, y yo de patología", sostuvo Le Pen.
La tormenta política desatada afecta a tres frentes: al FMI, pese a que la institución destacó ayer que se mantiene "plenamente operativa"; al PS, y a la imagen de Francia. "Lo encuentro miserable y muy humillante para nuestro país", ha afirmado "a título personal" el diputado de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) Lionnel Luca, para quien "real o falso", este caso "sobre todo desacredita a Francia a nivel internacional". Entre sus defensores hay en cambio quien cree que a Strauss-Kahn "con toda probabilidad se le ha tendido una trampa". "Esa trampa puede tener muchos orígenes: Puede venir del FMI, de la derecha francesa, de la izquierda. Pero jugar con la imagen de Francia de esa manera no es aceptable", lamentó la presidenta del Partido Cristianodemócrata, Christine Boutin.
No es la primera vez en las últimas semanas que su figura es objeto de debate en los medios nacionales. Una foto difundida en abril en la que aparecía subiéndose a un Porsche en compañía de su mujer levantó críticas sobre el mensaje confuso que esos lujos transmitían al electorado. Añadió leña al fuego la difusión en la emisora France Soir de informaciones sobre su tren de vida, con trajes que supuestamente superaban los 24.000 euros, y ante las cuales Strauss-Kahn ordenó a sus abogados este viernes interponer una demanda por difamación.
En Francia se recuerda que el director del FMI salió indemne en 2008 de la investigación abierta por ese organismo para determinar si abusó de su posición cuando mantuvo una relación íntima con una subordinada. En esta ocasión, en cambio, prima la idea de que sus aspiraciones políticas nacionales se han visto truncadas sea cual sea el resultado de este proceso, en el que según sus abogados, se declarará no culpable cuando comparezca ante un juez en una audiencia preliminar en Nueva York.