teherán. Los líderes de la oposición iraní Mir Husein Musaví y Mehdi Karrubí, que encabezan la revolución verde, aseguraron ayer que no tienen miedo de las amenazas del régimen e instaron a continuar con las protestas tras la del pasado lunes.
"Declaro que no tengo miedo ante ningún tipo de amenaza y que, como soldado de esta gran nación durante los últimos 50 años, estoy dispuesto a pagar cualquier precio", afirmó Karrubí en un comunicado colgado en su sitio web Sahamnews.org.
Varias decenas de diputados iraníes exigieron el martes el procesamiento de los líderes de la oposición y que se les imputen delitos de sedición y conspiración, que de acuerdo con la ley iraní puede acarrear la pena capital.
Karrubí, que fue dos veces presidente de la Cámara de diputados, afirmó: "Os advierto antes de que sea demasiado tarde, quitaros los tapones de vuestros oídos y escuchad la voz del pueblo. La violencia y la oposición contra los deseos del pueblo sólo funcionara durante cierto tiempo".
En los mismos términos se pronunció su colega Musaví, quien afirmó que la manifestación del pasado lunes "es otro éxito del movimiento verde". "Este gran movimiento está siendo atacado desde dos frentes, las autoridades que solo se ocupan de sus intereses y por los extranjeros, que tratan de sacar beneficios", señaló.
"Ambos tratan de vincularlo con el sionismo y con Estados Unidos, pero el movimiento verde siempre se ha mantenido alejado de los extranjeros y su objetivo es recuperar los valores de la revolución de 1979", agregó.
Tras meses de silencio, la oposición iraní retomó las calles el pasado lunes con una manifestación a favor de los alzamientos en el norte de África que fue prohibida por las autoridades y reprimida con extrema violencia por las fuerzas de seguridad.
De acuerdo con la prensa estatal, al menos dos personas perdieron la vida en los enfrentamientos, un número indeterminado más resultó herido y decenas fueron detenidos. Ni Karrubí ni Musaví pudieron asistir a las protestas porque fueron bloqueados e incomunicados por la Policía en sus respectivos domicilios.
Ayer se desencadenaron nuevos enfrentamientos entre opositores y miembros de las pro régimen milicias de voluntarios islámicos basij durante el funeral de uno de los dos jóvenes que murieron en las protestas del lunes. El joven, un estudiante de origen kurdo identificado como Sane Zhale, perdió la vida a causa de un disparo mientras se hallaba en las proximidades de la calle Enguelab, donde la policía utilizó gases lacrimógenos y otras armas para dispersar a los numerosos grupos congregados. Según la prensa oficial, Zhale era miembro de las milicia basij y fue víctima de un disparo que ha atribuido a partidarios de la organización opositora en el exilio Muyahidin Jalq (combatientes del Pueblo). Sin embargo, la oposición y otras fuentes independientes afirman que el joven era seguidor del movimiento reformista "verde", que encabezan los opositores Mir Husein Musaví y Mehdi Karrubí.