Córdoba (Argentina). El exdictador argentino Jorge Rafael Videla, de 85 años, fue condenado ayer a cadena perpetua por el asesinato de 31 presos en una cárcel de la ciudad argentina de Córdoba. Se trata de la segunda vez que el primer represor de la dictadura argetina (1766-1983) recibe este castigo por los crímenes que cometió durante este oscuro periodo del país sudamericano, durante el que desaparecieron 30.000 personas. La primera sentencia fue durante el juicio a las Juntas Militares, celebrado en 1985, pero fue indultado cinco años después por el entonces presidente Carlos Menem. En 2008, la Corte Suprema declaró inconstitucional esa amnistía y lo envío a prisión preventiva. La sentencia de ayer atiende la solicitud del fiscal Maximiliano Hairabedián, quien señaló a Videla como máximo responsable de la confección de un plan sistemático "para eliminar opositores". El juicio contra Videla comenzó el pasado 2 de julio en Córdoba, donde un tribunal le ha hallado finalmente culpable de los delitos de imposición de tormentos, homicidios perpetrados con alevosía y tormentos seguidos de muerte a 31 presos políticos en la provincia de Córdoba. Asimismo, el tribunal ordenó su inmediato internamiento en una unidad carcelaria común del Servicio Penitenciario Federal, sin contemplar el beneficio de la prisión domiciliaria por su avanzada edad. Durante este juicio también fue condenado a cadena perpetua el exjefe del Tercer Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez, además de otros 29 represores. El cumplimiento de la pena de Menéndez será evaluado por una comisión médica, ya que fue internado en varias oportunidades durante el juicio oral. Esta es la quinta condena a prisión perpetua recibida por el ex general por graves violaciones de los derechos humanos durante la dictadura. En la sentencia se han unificado dos causas, una por los crímenes cometidos en la Unidad Penitenciaria N°1 de Córdoba entre abril y octubre de 1976, cuando los militares del Tercer Cuerpo de Ejército atormetaron y ejecutaron a 31 presos políticos; la otra, conocida como Gontero, por el secuestro e imposición de tormentos a seis víctimas que fueron detenidas y trasladadas a la sede del Departamento de Informaciones Policiales, después a las instalaciones que el Tercer Cuerpo de Ejército disponía en el campo de la La Rivera y, finalmente, a la Unidad Penitenciaria N°1.
Aplausos y llantos La sentencia del Tribunal Oral Federal fue recibida con aplausos y llantos familiares de las víctimas en la sala de audiencia. Cientos de personas siguieron también la lectura del fallo judicial frente a los tribunales, donde se congregaron con pancartas y siluetas humanas que representaban a los 30.000 desaparecidos de la dictadura milita. Durante el proceso, Videla mantuvo en todo momento la actitud arrogante que le caracterizó cuando ejercía el poder y escuchó, impasible, el veredicto. Intervino en cuatro ocasiones para defender ante el tribunal las decisiones de la dictadura en el marco de lo que denominó una "guerra justa contra la subversión". El exdictador asumió la responsabilidad de lo ocurrido durante su régimen de facto, pero en ningún momento mostró arrepentimiento, sino todo lo contrario. Se declaró un preso político y anticipó que aceptaría "bajo protesta la injusta condena".
con Mano de hierro Videla condujo con mano de hierro la "guerra sucia" de la última dictadura argentina. El exdictador lideró el 24 de marzo de 1976, junto a Emilio Massera y Orlando Agosti, el golpe de Estado que derrocó a la presidenta Maria Estela Perón y dio paso a una cruenta dictadura de siete años. Durante sus cinco años de gestión, organizó el Mundial de Fútbol de 1978, uno de los más bochornosos ejemplos de utilización política de un acontecimiento deportivo, y estuvo a punto de declarar la guerra a Chile por un conflicto limítrofe que se superó gracias a la mediación del Papa Juan Pablo II.
Con el liberal José Alfredo Martínez de Hoz como ministro de Economía, instrumentó una política basada en la apertura de los mercados y la liberalización de la legislación laboral. De 1976 a 1981 en Argentina se congelaron los salarios y se impuso una apertura arancelaria que, en vez de incrementar la competitividad de la industria nacional, acabó por destruirla. Con la economía en recesión, una creciente inflación y la moneda devaluada, Videla fue sucedido al frente de la Junta por el general Roberto Viola el 29 de marzo de 1981.
Tras el restablecimiento de la democracia, fue detenido en 1984 y condenado a reclusión perpetua al año siguiente en el histórico Juicio a las Juntas Militares, pero en 1990 fue beneficiado con un indulto dictado por Carlos Menem. No volvió a ser detenido hasta 1998, a causa de una investigación sobre apropiación de hijos de víctimas de la dictadura, aunque gozó del privilegio del arresto domiciliaria por tener más de 70 años. En 2008, finalmente, fue trasladado a una cárcel militar. Ahora, en cumplimiento de la sentencia del tribunal cordobés, ingresará en una prisión común en espera de un nuevo juicio, en la provincia de Santiago del Estero (norte), por el asesinato de un estudiante en 1976, otra de las múltiples causas en su contra. En 1998 fue nuevamente detenido, primero en prisión domiciliaria y a partir de 2008 en una cárcel del cuartel militar de la localidad bonaerense de Campo de Mayo.