Vitoria. Jóvenes haitianos salieron ayer a las calles para protagonizar enfrentamientos con los efectivos de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah) en la ciudad de Cabo Haitiano.

La situación se volvió tensa cuando los agentes comenzaron a lanzar gases lacrimógenos y a dispersar violentamente a los manifestantes, según denunció el dirigente político Simeon Wisly, líder de un movimiento de la plataforma Liberation.

La protesta, explicó a Efe, comenzó con normalidad frente al ministerio de Salud Pública y recorrió la plaza Champ de Mars, frente al semiderruido Palacio Nacional.

Los manifestantes pretendían dirigirse a la sede de la Minustah cuando comenzó el lanzamiento de los gases, al que muchas personas respondieron arrojando piedras y botellas a la Policía.

Tras ser dispersados, los manifestantes se concentraron en distintos puntos, como la facultad de Etnología, donde comenzaron a circular por grupos y a expresar su protesta, en algunos casos, frente a los vehículos de las patrullas policiales desplegadas por la zona.

Tres personas murieron y más de treinta resultaron heridas en incidentes ocurridos en Haití el martes y el miércoles en protestas contra la Minustah al considerar que personal del contingente nepalí llevó el cólera al país, y ya ha provocado 1.110 muertes y 18.382 afectados, aunque la misión ha negado reiteradamente estas acusaciones.

El temor de la población de Cabo Haitiano a salir tras los incidentes de los últimos días dificulta la asistencia a los enfermos de cólera en la zona, dijo ayer a Efe el portavoz de la Minustah, Vincenzo Pugliese.

Por su parte, la Comisión Europea hizo ayer un llamamiento de ayuda urgente a los Veintisiete y a la comunidad internacional para detener el avance del cólera en Haití y lograr agua potable. Según la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, las prioridades son personal y material médico, expertos y sistemas de purificación de agua y prevención y apoyo para desarrollar una campaña de concienciación, ya que la población rechaza establecer centros de tratamiento por miedo al contagio.

La perspectiva no es alentadora, y los expertos aseguran que el cólera continuará extendiéndose por el país y se necesitará asistencia al menos durante otros seis meses.

Bruselas explicó que el sistema de sanidad público está desbordado a pesar de la asistencia internacional porque hacía mucho que no se producía un contagio de cólera y nadie sabe muy bien cómo actuar.