bruselas. La Iglesia católica de Bélgica reconoció ayer "errores" en la gestión de los casos de abusos sexuales a menores y se comprometió a hacer todo lo posible por las víctimas, para quienes el mensaje -en el que no se concretaron ni sanciones ni compensaciones- es insuficiente.

Después de tres días de silencio, la máxima autoridad eclesiástica del país, el arzobispo de Malinas-Bruselas, André Léonard, respondió ayer a las conclusiones del informe publicado el viernes y que constató 475 denuncias por abusos sexuales y el suicido de 13 víctimas desde los años 60. "Estas historias y el sufrimiento que contienen nos hacen temblar", aseguró Léonard en una multitudinaria rueda de prensa, en la que subrayó que a partir de ahora la prioridad de la Iglesia será dar una "atención personal" a las víctimas y facilitar su rehabilitación.

El arzobispo de Malinas-Bruselas admitió que el informe de la comisión impulsada por la propia Iglesia incluye "serias objeciones" al tratamiento que se ha dado durante años al problema de los abusos y aseguró que "de los errores del pasado deseamos sacar las lecciones necesarias". Sin embargo, Léonard y otros responsables de la jerarquía eclesiástica belga no pidieron perdón abiertamente.

Además, los planes concretos escasearon en la comparecencia del arzobispo, quien se justificó señalando que el problema y las emociones que ha generado son "de tal talla que nos es imposible presentar hoy una propuesta detallada".

La acción más inmediata será la puesta en marcha de un "centro para la curación y la reconciliación de las víctimas", una estructura integrada por cuatro expertos que trabajarán junto a las víctimas y la Justicia para continuar con las investigaciones.

El plan fue inmediatamente criticado por el Colectivo de Derechos Humanos en la Iglesia, una de las asociaciones de víctimas de los abusos, que considera que la comisión encargada de las investigaciones no puede estar controlada por la propia Iglesia. Respecto a los religiosos responsables de pederastia, Léonard no anunció ninguna medida y se limitó a recordar que el derecho eclesiástico prevé procedimientos para este tipo de casos que pueden, por ejemplo, llevar a la inhabilitación. En este sentido, añadió que el Vaticano tomará una decisión "en un plazo razonable" sobre la posible expulsión de la Iglesia del ex obispo de Brujas Roger Vangheluwe, quien fue cesado por el Papa en abril tras conocerse que había abusado de un menor.

Por su parte, el obispo de Tournai, Guy Herpigny, aseguró que es necesaria "una nueva estructura de colaboración" entre la Iglesia, la Justicia y los expertos en ayuda a las víctimas. Sin embargo, justificó los casos de abusos en la Iglesia porque "los abusos sexuales se siguen cometiendo hoy en todos los niveles de la sociedad".