belfast. La Policía responsabilizó a grupos de disidentes republicanos, contrarios al abandono de las armas por parte del IRA, de colocar este sábado un coche bomba cargado con 180 kilos de explosivos frente a unas dependencias policiales de Belfast, la capital de Irlanda del Norte. El artefacto explotó parcialmente sin causar heridos poco después de que dos hombres atravesaran con el vehículo una barrera y se dieran a la fuga en medio de un tiroteo con agentes de Policía. El jefe de la Policía de la provincia, Matt Bagott, manifestó que lo ocurrido el pasado sábado demuestra "lo que hemos dicho desde el primer día, que la situación con respecto al terrorismo es grave" e informó de que se hará todo lo posible para detener a los autores de lo que las autoridades consideran un atentado fallido.
"Este atentado es un atentado contra el bienestar de todo el mundo en Irlanda del Norte; no se trata de un atentado contra la policía o la sede de la policía; este es un atentado contra la gente joven y contra el futuro de los jóvenes", dijo Bagott.
El jefe policial explicó que, por razones que se desconocen, la bomba explotó parcialmente y se refirió a "la imprudencia de esta acción, no sólo por causar daño material sino también porque potencialmente podía haber costado alguna vida".
Los disidentes republicanos también fueron responsabilizados de los disparos realizados en la noche del sábado contra agentes de policía en la localidad de Garrison, en el condado de Fermanagh, en un atentado en el que tampoco hubo heridos. Tres hombres fueron detenidos en relación con este suceso.
El ministro para la Seguridad de la provincia británica, Paul Goggins, dijo que los autores de estos ataques intentan socavar los progresos hacia la paz de los últimos años en Irlanda del Norte.