Tenemos un economato al lado de nuestro amado templo del cortado mañanero que ya está haciendo la transición. Han empezado a mover producto para colocar en sitio preferente turrones, mazapanes y todo lo relacionado con las fiestas navideñas. Sí, tres meses antes de la cosa. De hecho, nos suele pasar todos los años por estas fechas, aunque varios de los viejillos aseguran que esta vez incluso se han adelantado unos días. Así que nuestro querido escanciador de café y otras sustancias ha propuesto realizar este fin de semana una cata en bañador en la parte de abajo y kaiku en la parte de arriba por aquello de unir el verano y el otoño en un único look. Lo peor del caso es que a algunos de los aitites nos les ha parecido mal la cosa, no tanto por la vestimenta, sino por el hecho de pensar que tal y como marcha el mundo, estamos a un teleberri de desaparecer como especie, así que mejor hacer el último mutis por el foro hasta arriba de azucar. Y es que ya hay unos cuantos abueletes que están razonando que para hacer lo que hace el ser humano en este planeta, igual sería mejor que nos pasase como a los dinosaurios. A la espera del meteorito que lo haga posible, al final lo de la degustación ha salido hacia delante y el sábado toca darle al dulce.