Confieso, la maldad me puede, que siento cierta ternura cuando el PP se va de mani. Y no se equivoquen, no cuestiono el derecho de manifestación, faltaría más. Pero tiene su punto ver a los líderes del liberalismo neocon ejerciendo actividades que hasta hace cuatro días te clasificaban en la carpeta de progre o, pásmense, incluso en la de perroflauta. Eso sí, para evitar malentendidos, la plana mayor lucía camisas blancas rollo fiesta ibicenca, perroflautismo el justo. Pero vaya, que esto no es nuevo, escribí sobre algo parecido allá por 2005. Entonces al PP se le unieron incluso los obispos en la efervescencia manifestadora.
Gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero, por cierto. No es nuevo pero es sintomático. “Contra los socialistas de mierda, yo siempre voy a estar con ustedes”, clamaba también el domingo el máster de la motosierra también en Madrid, haciéndole la competencia de la mano de Vox al PP de la plaza de España. “Los veo a todos socialistas, de izquierdas y de derechas”, afirmaba un asistente al acto, según cuenta una crónica periodística. “¡Comunismo o libertad!”, proclamó en su última campaña electoral una destacada lideresa presente en primera fila en la manifestación del PP de Madrid. Tenemos un cacao ideológico de dimensiones bíblicas.