Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

Miren Ibáñez

Apocalypse now

Mira que conocemos el percal, pues aun así no dejo de sorprenderme. Todavía con miles de ciudadanos a oscuras y ya estábamos dedicándonos a disparar a bazookazos, no ya buscando culpables, sino sacrificándolos al dios de cada cual en el altar de sus filias y fobias. Pero permítanme que me quede en lo superficial, por aquello de desengrasar un poco. No sé si salimos mejores de la pandemia –diría que no–, pero al parecer aprendimos una cosa: que una crisis no nos puede pillar sin papel higiénico. Durante el apagón del lunes volvió a ser uno de los objetos de deseo. Esto me ha llevado a recordar que allá por febrero estuvimos preocupados unos cinco minutos por el asteroide 2024 YR4 que, al parecer, tenía un 1,2% de posibilidades de chocar contra la Tierra en 2032. Aunque no tengo claro que a este ritmo vayamos a llegar a 2032. Desde 2020 hemos ido encadenando una pandemia, la borrasca Filomena, la erupción del volcán de La Palma, guerra en Ucrania, guerra en Gaza, la violenta dana del pasado octubre, el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca... Y ahora, apagón masivo. Si hasta se ha muerto el Papa y se han desempolvado apocalípticas profecías de Nostradamus. En fin, que no sé por dónde vendrá la siguiente, pero estamos a tiempo de ir haciendo acopio de papel higiénico.