Es una teoría bastante extendida y fundamentada entre los viejillos de nuestro amado templo del cortado mañanero. Son años de investigación, comprobación y análisis con la mirada puesta en todo lo que acontece en esta sacrosanta tierra alavesa. Pero no son solo cuatro ideas más o menos hiladas. No, no, esto se podría estudiar perfectamente en las facultades dentro de la asignatura de Teoría Política. Hay movimientos sociales e ideológicos que se han iniciado con menos. En resumidas cuentas, los aitites fundadores sostienen que ni la ciudad ni el territorio avanzan por el denominado tontismo. No, no se trata de insultar a nadie, o eso dicen, sino de acercarse lo más posible a una definición exacta del comportamiento en cuestión. Así, apuntan que, aunque nadie sabe ni cómo ni cuándo ha pasado, se ha decidido que hay una serie de personas con nombre y apellidos, entidades, asociaciones y empresas que, pase lo que pase, tienen que guiar el futuro de la raza patatera, y que el resto no solo tiene que seguir sus pasos, sino aplaudirlos, festejarlos y agradecerlos. Uno de los jóvenes preguntó el lunes si el sanedrín de abueletes del bar es también parte de los mandamases y, por tanto, de la maquinaria del tontismo. Se llevó dos bastonazos, una petaca y el pago de una ronda a los presentes de más de 80.
