El Deportivo Alavés certificó su permanencia en Primera División el pasado domingo con su tercera victoria consecutiva, con aún cuatro jornadas por disputarse y rebasando de paso esa barrera de los 40 puntos que los aspirantes a la salvación se ponen como meta cuando empieza cada curso. Es decir, se ha salvado por méritos propios, no solo porque haya habido tres equipos peores. A este equipo apenas se le puede poner algún pero –la escasez de gol es su gran debe, pero no se pueden exigir maravillas cuando las limitaciones son evidentes– desde las oficinas, con un acierto tremendo en la confección del proyecto a pesar de los escasos márgenes tanto de tiempo por el tardío ascenso como económico con el gasto en salarios más limitado de la categoría; pasando por el banquillo, con un Luis García Plaza que ha conformado un equipo solvente, un juego vistoso, con muchos jugadores implicados al máximo y sacando partido de los más jóvenes; y finalizando por una plantilla que, en la mayoría de los casos, ha rendido muy por encima de las expectactivas, remarcando especialmente el crecimiento de un buen puñado de futbolistas con muy poca experiencia en estas lides. Toca refrendar este gran trabajo con la planificación de la que será la decimonovena temporada del Glorioso en Primera, un éxito del todo merecido. lEl Deportivo Alavés certificó su permanencia en Primera División el pasado domingo con su tercera victoria consecutiva, con aún cuatro jornadas por disputarse y rebasando de paso esa barrera de los 40 puntos que los aspirantes a la salvación se ponen como meta cuando empieza cada curso. Es decir, se ha salvado por méritos propios, no solo porque haya habido tres equipos peores. A este equipo apenas se le puede poner algún pero –la escasez de gol es su gran debe, pero no se pueden exigir maravillas cuando las limitaciones son evidentes– desde las oficinas, con un acierto tremendo en la confección del proyecto a pesar de los escasos márgenes tanto de tiempo por el tardío ascenso como económico con el gasto en salarios más limitado de la categoría; pasando por el banquillo, con un Luis García Plaza que ha conformado un equipo solvente, un juego vistoso, con muchos jugadores implicados al máximo y sacando partido de los más jóvenes; y finalizando por una plantilla que, en la mayoría de los casos, ha rendido muy por encima de las expectactivas, remarcando especialmente el crecimiento de un buen puñado de futbolistas con muy poca experiencia en estas lides. Toca refrendar este gran trabajo con la planificación de la que será la decimonovena temporada del Glorioso en Primera, un éxito del todo merecido.