“Cuatro personas fueron multadas en Vitoria-Gasteiz en 2023 por no recoger los excrementos que habían depositado sus perros en la vía pública”. Este titular, de hace apenas unos días, da para hacerse unas cuantas preguntas. ¿Somos muy limpios los gasteiztarras y casi toda la ciudadanía que tiene perro recoge sus cacas? No hace falta pisar muchos jardines para darse cuenta de que no es así, aunque peor aún es quien deja la mierda en medio de las aceras, zonas de tránsito donde es mucho más fácil pisarlas con el engorro y cabreo que supone. Entonces, si la limpieza no es tan elevada como la escasez de multas podría llevarnos a interpretar, ¿por qué no se sanciona mucho más a los infractores? La respuesta municipal cuando se dio a conocer el dato argumentó que es muy complicado para los agentes pillar en el acto a quienes cometen esta infracción. Ciertamente, a quien escribe se le hace bastante difícil entender esta justificación. Si usted o yo podemos ver a diario a personas que cometen este acto incívico... ¿Cuál es la dificultad que encuentra la Policía Local? Y, ya puestos, podrían explicar cómo atraparon a estos cuatro incautos. Estoy seguro de que la mayoría de los gasteiztarras cumplen cívicamente con su bolsita, pero cuatro cagadas en un año son muy pocas cagadas.