corre, la que más. Entrena, la que más. Y se esfuerza, la que más. Es Majida Maayouf. Es una atleta alavesa con logros que a cualquier otro deportista le harían ocupar portadas. Es puro talento, su pasión por el atletismo le ha llevado a superarse, a ganar muchas carreras. A lograr el récord de España de maratón en Valencia. Hace unos días cruzó la meta con 2:21:27. En su mente, un objetivo: los Juegos Olímpicos de París. Sin embargo, Majida Maayouf, como le sucede a las mujeres deportistas, sigue sufriendo el mismo problema de hace 50 años: la desigualdad del reconocimiento. Son poco visibles o directamente invisibles para la sociedad. Sean o no campeones, ellos tienen nombres y apellidos reconocidos. Se les llama por su nombre, aparecen todos los días en prensa, les paran por la calle, les piden autógrafos. Ellas, la mayoría, tienen una visibilidad mínima o incluso nula. Sus nombres y sus apellidos se desvanecen rápidamente. No aparecen en los medios, a no ser que ganen algo. Incluso si son campeonas, no ocupan ni una cuarta parte. Es más, ni los periodistas se refieren a ellas por sus nombres. Pues Majida Maayouf no es una ‘moza de Agurain que ha ganado algo en Valencia’. Majida Maayouf es una atleta alavesa campeona. Txapeldun!