Aunque en la mayoría de bares y locales de ocio nocturno nos quieran hacer creer que hoy en día todo es reggaetón y música electrónica, la realidad es que el rock conserva desde hace décadas una repercusión que ya me gustaría ver si Quevedo, J Balvin, Bad Bunny, María Becerra y compañía mantienen dentro de 20 años. Corren buenos tiempos para los rockeros y nuestro mayor problema estos días es seleccionar a qué conciertos acudir el año que viene sin tener que hipotecar nuestros bienes en el intento. El incansable Bruce Springsteen ha programado tres conciertos en junio, mes en el que Green Day tocará en Madrid canciones de su nuevo disco y en el que Rammstein acercará su espectáculo hasta Donostia. Mientras, nuestro querido Azkena Rock Festival, cita imperdible para los vitorianos, confirmó ayer sus primeras incorporaciones con Queens of The Stone Age, Sheryl Crow y Arde Bogotá. Para amenizar la espera, no es mala idea escuchar el nuevo álbum que publicaron los Rolling Stones hace dos semanas. Incluso los Beatles estrenaron una nueva canción hace unos días gracias a la IA y con el beneplácito de John Lennon y George Harrison desde el olimpo. A mí no me engañan con el playback y el autotune. Nada como la mezcla de voz, guitarra, bajo, batería, amplificador y talento.