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Mesa de Redacción

Carlos González

Al turrón

Con la potato city rondando los 30 grados en pleno octubre, en uno de los economatos que está cerca de nuestro amado templo del cortado mañanero nos han plantado ya las baldas especiales. En realidad, empieza a ser una tradición cada año por estas fechas. Uno de los viejillos debió de preguntar al encargado de la cosa si aquello respondía a la fiesta de Colón o se trataba de celebrar la Pascua Judía, aunque, al parecer, el buen hombre, seguramente hasta arriba de curro, no terminó de pillar la gracieta y puso cara de conejo a punto de ser atropellado en plena noche. El tema es que han colocado cuantiosos pasillos llenos de turrones, mazapanes y dulces varios relacionados con ese momento del año en el que solo una sociedad como esta es capaz de discutir hasta la saciedad sobre si las luces en la calle son mejores o peores que las de doce meses atrás. A esto, nuestro querido escanciador de café y otras sustancias suele responder que siempre son una mierda y punto. Pero los viejillos, con esto de la aparición prematura del turrón, ya están como el perro de Pavlov esperando la polémica sobre los reyes magos eméritos, la discusión sobre si la cabalgata de Olentzero es más pequeña porque meten menos pasta, las apuestas sobre cuántas figuras de la Florida morirán en acto de servicio...