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¿Cómo lo hacemos?

El mantenimiento de las pensiones, el aumento de la edad de jubilación y, en definitiva, el debate sobre cómo mantener el estado del bienestar centra recurrentemente el foco informativo y los posicionamientos políticos. Se suele hablar entonces del aumento de la natalidad, del fenómeno migratorio como vía para aumentar las cotizaciones y de fórmulas que en demasiadas ocasiones pecan de dar la espalda a una realidad que nos engulle y de la que se habla mucho pero sin señalar sus consecuencias. Una realidad atravesada por la robotización y automatización de los procesos productivos y la inteligencia artificial. Fenómenos que han llegado para cambiarlo todo de arriba a abajo. No es posible dar con la solución a cómo mantener nuestro modo de vivir en comunidad con fórmulas de una realidad ya caduca. No parece realista buscar los ingresos en las mismas fuentes que hace 20 o 30 años porque es indiscutible que millones de empleos en todo el mundo van a desaparecer irremediablemente. Y las nuevas ocupaciones que surjan al albur del desarrollo tecnológico no van a compensar nunca esa balanza. Es hora de plantear soluciones ambiciosas a la altura de reto que se presenta. Sin populismos pero sin menospreciar cualquier propuesta que no pase por trabajar más y cobrar menos, como planteaba aquel jefe de la patronal que acabó entre rejas.