Llevo ya 14 años arraigada a Vitoria. No diré que soy gasteiztarra pero después da tanto tiempo, el sentimiento por la capital alavesa y su gente ha ido en aumento. La semana pasada, viendo la trigésimo séptima edición de los Goya, me dio pena que alguno de los premios no fuese para algún artista local.

Eran siete las nominaciones con sello alavés en la gala celebrada en Sevilla pero al final no hubo suerte para ninguno. Tengo que decirlo todo y es que por mis venas corre sangre zumaiarra. Una de las nominaciones, la del premio al mejor actor revelación, la compartían el amurrioarra Mikel Bustamante por su papel en Cinco Lobitos y el zumaiarra Telmo Irureta por La consagración de la primavera. Soy y siempre seré de Zumaia así que os podéis imaginar la emoción por ver a alguien del pueblo recibiendo semejante galardón. Se me saltaron las lágrimas por la emoción del momento.

Siempre he sido de las que se alegra mucho cuando ve a gente de su pueblo, tenga relación o no con esa persona, recibiendo un reconocimiento de esta índole. La verdad es que entre balonmano, fútbol, deportistas olímpicos y danza, en Zumaia tenemos a mucho crack.

Y volviendo a los Goya, polémicas aparte por el discurso realizado por mi paisano, solo decir: “Zorionak Telmo! Merezi duzu”.