esulta que en Suiza es obligatorio que las viviendas tengan un búnker. Suiza, ese país apaciblemente neutral de relojes, fondues, bancos y referendos. Pensaba en esto al leer que Suecia, tras dos siglos de oficial no alineación, ha decidido solicitar su ingreso en la OTAN, siguiendo la estela de Finlandia. En noviembre de 2019, el presidente francés, Emmanuel Macron, declaraba la “muerte cerebral” de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Hablaba Macron de la imprevisibilidad de la Administración Trump. Igual Vladímir Putin ha conseguido resucitarla al querer acabar con ella. El viceministro ruso de Exteriores decía sobre la decisión finlandesa y sueca el lunes: “Este es el nivel que hay en los que toman las decisiones relevantes en esos países”, con un par y sin despeinarse, añadiendo que “la seguridad de Suecia y Finlandia no se verá fortalecida como resultado de esta decisión”, que suena más o menos a que quizá te puedas despertar con la cabeza ensangrentada de Jartum en tu cama. Con este panorama, tranquiliza ver la imagen de Sagitario A*, un agujero negro en el centro de nuestra galaxia. Un trou noir -el francés suena tan bonito-, una singularidad rodeada de un horizonte de sucesos, maravilla de denominaciones. Me quedo con el conocimiento y la poesía, mirar a las estrellas, porque la oscuridad de la Tierra da bastante más miedo. l