antaban The Buggles aquello de Video killed the radio star y esa frase se puede aplicar cambiando alguno de los términos para afirmar que la guerra en Ucrania ha acabado con la pandemia del coronavirus, al menos en lo referente al mundo de la información. Cierto es que el covid, noticia de cabecera durante los dos últimos años, estaba dando ya sus últimos coletazos. Los últimos recovecos por descubrir son si las fiestas carnavalescas vienen asociadas a una nueva explosión de positivos -cosa que dudo- y cuándo se pone fin definitivo a la obligatoriedad de las mascarillas en interiores, que se antoja ya cercano. Pero la invasión de Rusia al país vecino se ha llevado por delante esos retazos últimos del virus. Las andazas del Partido Popular con su implosión se habían convertido en entretenimiento mediático -aprovecho, miedo da la campaña a favor de Isabel Díaz Ayuso y cómo sus afines han corrido a desaguar rápidamente su mierda por las cañerías- hasta la explosión de la guerra en Ucrania, que ha virado el foco hacia otra catástrofe, de las que últimamente vamos bien servidos. El coronavirus seguirá ahí, conviviendo con nosotros ad aeternum aunque ya no hablemos de él. Ahora solo cabe esperar que la guerra dure menos.
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