caba de celebrarse hace escasas fechas el examen MIR para que los futuros médicos puedan elegir plaza y destino en su larga formación como especialistas de la rama deseada. Esta determinante convocatoria ha llegado envuelta en polémica tras la decisión del Ministerio de Sanidad de no permitir su realización a aquellos que hubieran dado positivo en covid-19 en los últimos siete días. Tampoco se les ha ofrecido la posibilidad de encajar el examen en una fecha alternativa, una vez que superen el virus, y esto ha llevado a los frustrados opositores a poner el grito en el cielo por la clara discriminación. En otros macroprocesos, como el del Cuerpo Nacional de Policía, se postergó y llevó a otra jornada la celebración de alguna de las pruebas ante el incremento en los contagios y para permitir a todos los inscritos tomar parte en una oposición donde se juegan su futuro profesional tras largos e intensos años de preparación. No sucede lo mismo, sin embargo, en otros procesos donde también se producen aglomeraciones como son las elecciones. En los últimos comicios celebrados en Cataluña y Madrid, en febrero y marzo, respectivamente, del pasado año, se estableció una franja horaria para que los positivos en SARS-CoV2 acudieran a la cita con las urnas. ¿Valen más unos votos que el futuro laboral y profesional?