on sólo leer el titular espero que a la gente se le quede la cara como si estuviese comiéndose un limón. Aunque, en realidad, habrá menos gente con esa cara de la que me gustaría. Me da la sensación de que mientras la crianza de las niñas se enfoca cada vez más en darles herramientas para su empoderamiento, la de los niños sigue manteniendo sus estructuras conservadoras basadas en estereotipos de género. Un sábado nos encontrábamos visitando a la familia en Deba. Como de costumbre, nos fuimos con mi hija y mis sobrinas al parque, pero, esta vez, fui testigo de una escena desgraciadamente todavía muy común. Había un niño de unos 3 años, acompañado por su madre y por una amiga de ésta, sentado en un columpio al lado de mi hija. Estaba llorando y, al parecer, esto no le estaba gustando mucho a la amiga de la madre que le soltó: "Vamos a tener que ponerte un vestido porque pareces una niña llorando". Su frase me atravesó como un puñal. En lugar de buscar la forma de calmar al niño o ayudarle a expresar lo que sentía siguió: "Los niños no lloran. Vamos a tener que buscarte un nombre de niña". Todavía me pongo de mala leche con estas palabras. ¡Basta ya! Hay personas que siguen criando bajo el mismo molde patriarcal. ¿No creéis que ya es hora de educar a nuestros hijos en el feminismo?