levamos los consumidores de a pie asistiendo los últimos meses al carrusel informativo diario que nos pone los pelos como escarpias con la imparable subida del precio de la luz. Ninguna conciencia entre la clase política ha reparado durante ese tiempo en los destrozos generados por ese motivo en los cada vez más vacíos bolsillos de los ciudadanos. Ha tenido que ser el anuncio a bombo y platillo de la firma Sidenor, de paralizar 20 jornadas su producción en esta recta final de año, ante el "desorbitado" incremento en la tarifa de la energía eléctrica el que, esta vez sí, ha desatado la preocupación, plantear remedios y ponerse manos a la obra. Argumenta la siderúrgica que ha visto cómo el coste de producción se ha incrementado un 25% con esta carrera alcista y que su tonelada de acero es ahora 200 euros más cara. Aún siendo notable esa subida, el dato está bastante lejos del 44% que se ha encarecido el precio de la luz para un particular como el que suscribe en el último año. A la hora de aplicar remedios, la vara también es diferente para particulares o grandes empresas. Mientras usted o yo debemos conformarnos con la limosna de rebajar el IVA del 21% al 10%, solo hasta final de año, por ahora, el Gobierno facilitará a las comercializadoras la firma de contratos a precio blindado ante esta volatilidad.