La llegada de la primavera y el verano activa a muchos animales que pasan el invierno en estado de letargo. El calor anima a salir de los escondites y comenzar a buscar comida y pareja. Pero en ocasiones sube demasiado y puede resultar fatal. Por este motivo debemos estar muy atentos a nuestras mascotas, tanto a las grandes, perros y gatos, como a los más pequeños, peces, pájaros y, especialmente, reptiles de todo tipo. Para estos últimos, las subidas de la temperatura pueden ser especialmente peligrosas.

Los reptiles son animales de sangre fría, ectotermos, que dependen del ambiente para regular su calor corporal. El aumento de la temperatura ambiente puede acelerar su metabolismo, lo que puede afectar a su comportamiento y necesidades, siendo el principal problema el sobrecalentamiento.

Una iguana, rodeada de su comida vegetal fresca. Freepik

Medidas preventivas

Para poder prevenir los problemas derivados de un calor excesivo resulta imprescindible ajustar la alimentación y la hidratación de nuestros reptiles.

En un terrario puede ser relativamente sencillo controlar la temperatura con una serpiente, una pogona, un gecko o una tortuga en una situación normal. Pero cuando los grados empiezan a subir demasiado conviene ir tomando medidas para evitar problemas.

Ajuste del entorno

Temperatura del terrario. Vigila la temperatura interna con los termómetros y que no superen lo indicado para cada especie.

Zonas con diferente temperatura. Organizar en el terrario zonas cálidas y otras más frescas para que el animal pueda moverse y regular su temperatura corporal. No se puede prescindir de la luz o calefacción, pero sí añadir zonas de sombra y refugios frescos.

Ajustar la ventilación. Mantener bien ventilado el terrario para evitar que se concentren el calor y la humedad.

Hidratación

Facilitar agua. Ofrecer agua fresca permanentemente para beber o refrescarse.

Rociar regularmente. También es bueno pulverizar agua sobre tu reptil varias veces al día, especialmente si es originario de zonas húmedas. Usar humidificadores puede ser una buena alternativa.

Alimentación

Ajustar la dieta. Cada estación llega con necesidades alimenticias diferentes, por lo que hay que ir ajustándose a ellas. Cuando el calor sube demasiado también hay que hacerlo. Lo mejor es preguntar al veterinario para que marque las pautas oportunas.

Agregar suplementos alimenticios. Cada especie tiene sus propias necesidades concretas y la mayor actividad metabólica resultado de un calor excesivo puede hacer que requiera algún suplemento vitamínico o de minerales.

Otros cuidados

Vigilancia atenta. Aumentar el número de visitas al terrario para ver que todo va bien y que nuestro reptil no presenta ninguna alteración o problema.

Protección solar. En ocasiones algunos propietarios sacan del terrario a su mascota para que se dé un paseo al sol. En estos casos no está de más ofrecerle algún tipo de protección con algunas zonas de sombra y que no esté al sol demasiado rato.

En conclusión, el verano puede ser una época complicada para los reptiles, y más si, como parece, las olas de calor van a ser cada vez más intensas, por lo que no hay descuidar su salud para evitar riesgos.

Una pogona en un terrario. Freepik

Sobrecalentamiento, un riesgo mortal

El sobrecalentamiento de los reptiles ocurre cuando su temperatura corporal alcanza un punto en el que les resulta muy difícil de controlar. Esta situación puede hacer que sufran deshidratación, golpes de calor y, si la situación es muy extrema, la muerte. Por ello, es vital implementar medidas para proteger a los reptiles y asegurarse de que su entorno se mantenga en un rango de temperatura seguro.

Dado que la observación continua es una obligación cuando las condiciones cambian, estas son las señales que hay que observar en nuestra mascota para poder intervenir cuanto antes. Algunos de los síntomas físicos que hay que tener en cuenta son el que mantengan la boca abierta más tiempo del habitual. Suelen abrirla para intentar eliminar calor. Puede ir unido a una respiración más agitada.

Otra señal es un letargo extraño en el momento en los que debía verse más activo por el calor. Además, una coloración de la piel más oscura de lo normal suele ser una señal de que ha activado una defensa para intentar disipar el calor.

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En cuanto a su comportamiento, puede mostrarse más huidizo de lo habitual, ocultándose entre las plantas o debajo de piedras donde intenta encontrar los lugares más frescos de terrario.

Además, también puede rechazar la comida, haber perdido el apetito.