Después del éxtasis que provocó la mística del Tour el pasado año, que en su segunda etapa cosió Vitoria-Gasteiz con Donostia, Araba da otra pedalada con la Vuelta. Es una costumbre fijada cada dos años en los últimos años.
En 2020, Gaubea vio alzar los brazos a Michael Woods y en 2022, Primoz Roglic conquistó Laguardia. Queda por resolver quién recogerá el testigo vencedor en Izki. La hora de llega estimada está fijada a las 17.15 horas.
Araba recibe este jueves con los brazos abiertos la 18ª jornada de la carrera, que coserá la capital (la salida neutralizada se dará a las 13.05 horas) con Maeztu en un recorrido de 179 kilómetros y el paso por el alto de Herrera como momento álgido antes de la resolución de una día ideal para que reine una fuga.
“Correr en casa siempre viene bien. Rodamos por carreteras que conozco, y recibiremos a la familia y los amigos de cerca. Disfrutaremos del día”, calcula Mikel Landa.
El de Murgia, el mejor vasco en la general, es quinto, se sentirá arropado por la afición. Esa misma sensación recorrerá el tuétano de Ibon Ruiz, enrolado en el Kern Pharma, y Oier Lazkano, figura emergente del Movistar.
Landa descarta pelear por la victoria, pero la llegada en Maeztu, que celebra el 25ª aniversario del Parque Natural de Izki, puede ser un buen escenario para Lazkano.
El gasteiztarra conoce cada palmo del camino y se ha mostrado muy incisivo en varias etapas de la carrera. Es un recorrido que se adapta de maravilla a sus condiciones de gran rodador, pero capaz de cruzar la montaña. En el Tour fue el primero en pasar por el Tourmalet. Ibon Ruiz también buscará su opción a través de las fugas.
Camisetas naranjas
Con esa idea partirá el Euskaltel-Euskadi, que desea hacerse con una victoria de etapa después de despuntar en días precedentes. Los muchachos de la escuadra vasca quieren dejar huella en su latifundio.
Además del impulso de los ciclistas, el Euskaltel-Euskadi vestirá de naranja a la afición vasca con el reparto de cientos de camisetas que coloreen las cunetas al paso de los corredores.
Brillar en la Vuelta es una de la misiones del equipo. Camino de Santander, Xabier Isasa demostró la ambición de la formación vasca. Con ese impulso, con el empeño de seguir creciendo y mejorar, la Fundación Euskadi está en negociaciones para ampliar el patrocinio de la operadora de telefonía vasca, parte del conglomerado de Orange, que adquirió la marca.
Negociaciones
Según ha podido saber este periódico las negociaciones están muy avanzadas y las posturas están muy próximas para continuar de la mano en la aventura en el ciclismo.
Sin embargo, aún restan flecos que concretar y la firma de un contrato que asegure el futuro de la formación vasca en los próximos años. En principio, el nuevo vínculo tendría tres años de duración (si bien el 2025 está garantizado por una cláusula).
Esa es al menos la idea que se maneja y en la que ambas partes parecen de acuerdo. Es la cantidad a invertir lo que se discute. En ese aspecto, la hoja de ruta de la formación vasca es clara. Se quiere consolidar el proyecto, hacerlo crecer, pero siempre con sentido.
Para conseguirlo, la Fundación Euskadi ha logrado atraer el apoyo del Gobierno vasco, las diputaciones y que una firma del calado de Kutxabank se haya incorporado, al menos, hasta fin de curso.
En ese aspecto, las señales son nítidas, pero queda vertebrar el patrocinio principal, el de Euskaltel. La firma telefónica mantiene la raíz vasca, pero pertenece a Orange, un gigante de las telecomunicaciones que toma las últimas decisiones.
El operador telefónico ha incorporado su marca en las bicis del equipo y en los cascos de contrarreloj durante la Vuelta. La sintonía entre ambas partes indica que las negociaciones alcanzarán la meta deseada, pero aún resta un último y definitivo impulso y el tiempo apremia. Garantizar el patrocinio de Euskaltel sería el mejor triunfo y el más valioso para la escuadra vasca.