Nuevo ministro español de Industria: Cabe aplicarle la frase que se le atribuye al paciente Job, solo que al revés. El señor Sánchez se lo quitó, y el señor Sánchez se lo dio. Después de haberlo relevado —casi fulminado— como portavoz del PSOE en el Congreso, el secretario general de su partido y presidente del Gobierno lo encumbra nada menos que a titular de una cartera de mucho peso en su gabinete. Es verdad que, en el mejor de los casos, para los nueve meses que pueden quedarle a la legislatura. Pero que le vayan quitando lo bailado. No entraba ni de lejos en las quinielas y de un día para otro se encuentra que podrá aparecer en Wikipedia como ministro. El aviso a los navagantes es claro: los relegados pueden ser rehabilitados si no hacen ruido.
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