Desde luego, con mi historial de cerca de mil columnas vitriólicas en el trienio negro de lo que yo mismo bauticé como patxinato, no soy el más indicado para dar consejos al hoy portavoz del PSOE en el Congreso. Pero alguien que quiera o que sienta una mínima estima por el de Coscojales debería hacerle ver que, una vez más, sus declaraciones públicas sobre el caso Mediador –ya casi más conocido como caso Tito Berni– no le están haciendo ningún favor a su partido. Y, si nos ponemos, tampoco a alguien como él mismo que, pese a haber sido el menos dotado de los inquilinos de Ajuria Enea, sigue ostentando la condición de lehendakari.

Si ya provocó vergüenza ajena que le espetara “¿Y a ti qué más te da?” a un periodista que le preguntaba por la veintena de diputados socialistas que habían cenado con el presunto cacique y putero canario, el comportamiento de López Álvarez en la entrevista que le hizo Susanna Griso ayer en Antena 3 merece una entrada en la enciclopedia universal del bochorno. Sin bajarse ni por un rato de un tono chulesco y perdonavidas con la preguntadora, el depositario público de la opinión del Grupo Socialista en la cámara baja no solo se negó una y mil veces a dar algún nombre de los culiparlantes que compartieron mesa y mantel con el ya tristemente célebre Juan Bernardo Fuentes sino que defendió la absoluta legalidad de que las cuchipandas se celebraran en pleno estado de alarma por la pandemia. Por más que se esfuercen Cuca Gamarra, Borja Sémper o el propio Núñez Feijóo en persona, jamás conseguirán hacer tanto daño a Sánchez como López.