Moneda de capa caída. En el momento de teclear estas líneas, acababa de alcanzar la paridad con el dólar y amenazaba con seguir bajando. Cómo olvidar que hace nada por tres euros nos daban cuatro dólares. Y eso les vino muy bien a quienes hacían compras al otro lado del charco o tenían parné para darse un rule por allí. Ahora las tornas se han invertido literalmente. ¿Y eso es bueno o malo? Pues depende de para qué. A los que venden productos en Bidenlandia y a los que hacen negocio con los turistas venidos de esa parte del mundo parece que les saldrá a cuenta. A cambio, todo lo que venga de aquellos pagos nos saldrá más caro. No sé por qué me da que, de nuevo, los curritos de a pie vamos a salir palmando... otra vez. l
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