stro del balompié y troleador mayor del imperio merengue: No doy crédito. Lo ha vuelto a hacer, en versión corregida y aumentada. Ni hacía tres días que había leído en una de esas biblias periodísticas del deporte cañí que el Real Madrid ya tenía radiografiados sus futuros movimientos. Primero, conquistar la Champions League y luego, ponerle delante un contrato para que le echara una rúbrica. No había la menor duda de que esta vez inclinaría su testuz para correr de rodillas al Bernabéu a cambio de un pastizal. Pero, quién sabe por qué, a usted volvió a no salirle de las narices darle gusto a Florentino y anunció que se queda donde está, lo que lo convierte de gran deseado en el tipo más odiado del madridismo. Que todos los dramas sean así. l