- Bucha, 35.000 habitantes, en las inmediaciones de Kiev. Ni habíamos oído el nombre hasta que el domingo recibimos la patada en nuestras retinas. Tras el repliegue de la soldadesca rusa, las cámaras de los corresponsales captaron el horror indecible. Las calles estaban sembradas de cadáveres -más de 400, según el penúltimo reporte- de personas de todas las edades que habían sido ejecutadas sumarísimamente, algunas con las manos atadas a la espalda. Los voluntarios no daban abasto para recogerlos del asfalto, envolverlos en plásticos negros y arrojar los fardos a furgonetas como la que ven en la imagen que ilustra estas líneas. Quienes conservamos unas gotas de humanidad a pesar de las cinco semanas de espanto acumuladas, no encontrábamos palabras para expresar la rabia, el asco y la impotencia que sentimos por semejante atrocidad cometida a seis horas de avión de nuestras casas.
- Y en esas, llegaron los castos y puros, los denunciadores oficiales de todas las injusticias del universo mundo, a pedirnos que no nos precipitáramos en nuestro juicio. Lo hacían, como es costumbre en el gremio requeteprogresí, tirando de consignilla única: “Yo no sé lo que ha pasado en Bucha porque no he estado allí”. Luego venía un “pero” que, también de acuerdo al modus operandi habitual, pretendía sembrar dudas sobre la veracidad de las imágenes. “¿No os dais cuenta de que los cadáveres se mueven?”, llegó a tuitear un malnacido. Otro tipo que va de periodista concienciadísimo y de señalador de fake news derechosas tenía los santos colgajos de exigirnos que atendiéramos a las explicaciones del gobierno de Putin que, por supuesto, sostiene que es un montaje y/o una masacre autoinfligida por los propios ucranianos.
- Es la enésima vuelta del “los rojos y los separatistas quemaron Gernika”. Con el agravante, insisto, de que esta vez la monserga la difunden los que pasan por ser la releche en verso de la defensa de los derechos humanos. Y ahora imaginen: “No sé lo que pasaba en Intxaurrondo porque no estuve allí”. “No sé qué le pasó a la víctima de la manada porque no estuve allí”. “No sé qué les pasó a Trayvon Martin ni a Rodney King porque no estuve allí”. “No sé qué pasa en los territorios saharauis ocupados porque no he estado allí”. “No sé lo que pasa en Gaza porque no he estado allí”. “No sé qué pasó en Armenia, Auschwitz, Bangladés, Srebrenica, Ruanda, El Salvador, Guatemala, Curuguaty, My? Lai, Bagdad, Kabul, Alepo, Tiananmén, Rangún, Tíbet... porque no estuve allí”. Indecentes.