En ‘La selva bajo mi piel’ nos lleva a El Salvador en los años más duros...

-A la Centroamérica de justo después de la caída del Muro de Berlín, la Teología de la Liberación, los campos de refugiados, los holocaustos campesinos, sí.

La protagonista está inspirada en mujeres como Carmen Sarmiento o Ane Irazabal.

-Desde niña me ha admirado la labor de las pioneras del reporterismo de guerra. Crecí viendo a Sarmiento en sus misiones. Irazabal y su carácter irreductible más su presencia ante la cámara se parece mucho a Libertad Arregui, que es una reportera de ETB enviada a El Salvador para informar sobre el asesinato de Ellacuría y sus compañeros.

Y el trasfondo es una guerra... que nunca nos faltan, por desgracia.

-Jamás pensé que la salida de esta novela iba a coincidir con una guerra en Europa tan atroz como la que estamos viendo. Ojalá acabe pronto.

Sus obras anteriores son poemarios. ¿Cómo ha sido el salto a la novela?

-También escribí y escribo ensayo y artículos. El salto a la novela ha sido natural. La dificultad estriba en ser rigurosa con la documentación histórica. Una escritora lo es de todos los géneros literarios.

Va a repetir experiencia. Ya está trabajando en la siguiente. Sobre los años del plomo en Euskadi, nada menos.

-Ahora estoy escribiendo teatro y, después sí, me meteré en una novela sobre mi tierra, pero desde una perspectiva única, que no se ha visto hasta ahora.

Mientras, a disfrutar del éxito de su poemario convertido en ópera ‘Andrómeda encadenada’. Pronto llegará nada menos que Frankfurt.

-Para mí es un honor como autora vasca. Estar en Alemania con Andrómeda Encadenada es un éxito ya de por sí. El ser la primera en llegar a ciudades centroeuropeas con una adaptación de su obra a la ópera supone abrir camino a otras y eso me parece importante.

Usted suspira por que podamos disfrutar de ella en Iruñea...

-Sin duda, porque me gustaría ver a mi gente de Artajona, de Atarrabia, de Iruña teniendo cerca, en el escenario, a la Andrómeda que yo imaginé, la empoderada. Desde aquí hago una llamada a las instituciones navarras para que lo faciliten.

Tras esta experiencia, ¿ahora escribe pensando que su texto va a ir más allá del papel?

-Escribo pensando en el mensaje. No obstante, me gustan las adaptaciones literarias. Espero con verdadero interés en abril la adaptación de Los santos inocentes en la que trabajó nuestro querido Fernando Marías, al que recuerdo a diario.

¿Sigue siendo la poesía un género minoritario?

-Largo debate el que me planteas. Si hablamos de alta poesía, sí es minoritario, de momento. Si hablamos de Twitter-poesía, ahí hay, como en un saco sin fondo, de todo y a mí no me interesa. Solo me interesa aquello que tiene intensidad: Celaya, Ángel González, Marina Aoiz.

En su caso, siempre hay una intención, un mensaje. ¿Por qué?

-Porque tengo un sentido de la justicia social muy marcado desde pequeña. Es lo que tiene haber visto la mirada del hambre, haber crecido sabiendo que sólo el conocimiento me salvaría de la miseria. Sería muy largo de contar...