Jubilado, pero no quieto.
-No me aburro. Sigo haciendo mis cosas: leyendo, trabajando sobre gramática, escribiendo textos sobre otros temas, cultivando aficiones pospuestas, dedicando más tiempo a la familia, deporte...
¿Echa de menos algo de la vida académica?
-Mi vida laboral ha sido muy satisfactoria a nivel personal. No hay una ruptura abrupta entre lo que he hecho y sigo haciendo ahora. Me tomo las cosas con más tranquilidad y puedo dejar temas encima de la mesa para el día siguiente.
Se le ve muy activo en las redes sociales. ¿No le da vértigo expresar sus opiniones?
-Con la edad me resulta incluso más fácil hacerlo. Las redes sociales proporcionan información rápida y permiten contrastar puntos de vista diferentes desde el respeto. Siempre hay quienes esconden su valentía en el anonimato, pero son los menos: varias de las personas con quienes he discutido me han dado a conocer su identidad en privado. Solo el respeto mutuo puede asegurar esa actitud.
¿Sobre qué prefiere no opinar?
-Quienes opinamos en público corremos el peligro de acabar hablando de temas que desconocemos. Ese es un límite. Cuando opino sobre algo que no es de mi especialidad (la pandemia, por poner un caso) procuro leer y basarme en lo que dicen quienes sí saben. No es bueno confundir opinión con ocurrencia.
¿Es cierto que el euskera es una de las cinco lenguas más difíciles del mundo como dijo cierta juez?
-Eso es una tontería. ¿Nuestros niños son unos genios? No, al menos por eso. No necesitan más tiempo que otros niños que aprenden otros idiomas. Entre adultos, la dificultad del aprendizaje de un idioma es relativa: depende del idioma desde el que partas.
¿Por qué el euskera suele salir malparado en los juzgados?
-Los jueces se escudan en la normativa: “Yo aplico la que hay”. Pero una misma norma lleva a interpretaciones diferentes y contradictorias, depende del juez. Es una clara falta de sensibilidad
¿Por qué a estas alturas siga siendo arma para la gresca política?
-Es un enorme error que lo sea. Los idiomas ayudan a que los grupos humanos se cohesionen más.
¿Por qué, en su tierra, Navarra, llega a ser incluso motivo de anatema?
-Algunos partidos entienden que Navarra comienza a partir de unas coordenadas geográficas determinadas. El resto son navarros de segunda. Una torpeza sin explicación.
¿Cree que se han cumplido las expectativas sobre euskaldunización que había hace treinta años?
-Ha avanzado mucho, y en poco tiempo. Aunque el costo interno para el idioma (estructuras, influencias externas, etc.) es grande. No contaba ni con las TIC, ni con un mundo tan interconectado.
Le pregunto lo mismo sobre otra cuestión de la que reflexiona mucho, la deslegitimación de la violencia. ¿Es todavía una asignatura pendiente?
-Lo es. Los efectos, en todos los niveles, han sido devastadores. La sociedad quiere pasar página, y algunos tienen mucho interés en que todo se olvide, que aquí no ha pasado tampoco tanto. Pero sí, ha pasado. Ha pasado mucho. Olvidar es un error, porque no soluciona nada.
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