espreciable individuo: Parece que por fin su carrerón ha terminado. Después de protagonizar una de Anacleto, agente secreto (eso sí, cumpliendo órdenes) que terminó siendo la espoleta de la bomba que ha reventado al PP, ha solicitado la baja y anuncia que abandona la política. Como tantas veces, es justo al revés: es la política la que le ha abandonado a usted y no le queda otra que marcharse con el rabo entre las piernas. A lo hecho, pecho. Ya tiene costumbre de liarlas pardas. No en vano tiene acreditada la muerte, se supone que involuntaria, del líder de la oposición cubana Oswaldo Payá. Ahora esto. Es inevitable no evocar a su ya excompañera Beatriz Fanjul con medio zurito de más gritando “¡No me mates, Carromero!”.