El protagonista de su próximo libro es Nebrija, el gramático del español por excelencia y el gran propagandista de la conquista castellana de Navarra... ¿Qué vamos a descubrir en este trabajo?

—Lo que se presenta en este libro es una versión adaptada del texto que en su día le encargó Fernando el Católico a Elio Antonio de Nebrija para justificar la conquista, de modo que las excusas históricas que él pergeñó son las antecesoras de muchas de las actuales.

Es significativo que más de quinientos años después siga habiendo versiones amañadas de aquella contienda.

—El hecho histórico es uno, la interpretación posterior del mismo ya es otra cosa. En el caso de Navarra se debe entender que fue una de las pocas conquistas que Castilla no pudo justificar a través del conocido proyecto de Reconquista.

¿Queda todavía algo por conocer sobre la conquista?

—Siempre quedan cosas nuevas por conocer. La documentación relativa a la guerra entre 1512 y 1524 es más numerosa de lo que la gente supone.

¿Se puede hacer investigación histórica dejando de lado la ideología?

—Nadie es aséptico al cien por cien, quien diga eso o se engaña o miente. La labor del historiador es asumir que se parte de una posición en la que has sufrido influencias de todo tipo a lo largo de tu vida y que deben reflejarse lo menos posible en el papel. Por cierto, la ideología no es solamente política, también proviene de la religión, la cultura, el género, etc.

¿Cómo evitar la tentación de interpretar los hechos pasados desde el presente?

—Eso es parte de nuestro trabajo, para lo otro ya están Twitter y los políticos. Sin embargo, resulta casi imposible situarse por completo en una época pasada en la que no has vivido y asumir todos los roles que entonces existían. Lo importante es ser sincero contigo mismo y con el lector.

¿Hay interés por la Historia en Euskal Herria?

—Mucho. Sigue habiendo una necesidad de justificar el presente, al menos el político, a través del pasado y aunque en buena medida es un error, hay que comprender que es algo muy humano. Por otra parte, la gente de Euskal Herria no ha tenido una estructura jurídico-política que le haya permitido construir su propio relato compartido, tal y como lo han hecho la gran mayoría de los Estados-Nación existentes en la actualidad.

Cada vez hay más novelas y series de trama histórica. ¿Se trata bien la Historia en esos productos de ficción?

—He tenido la fortuna de asesorar en algún guion que otro y es una experiencia diferente. La realidad histórica siempre queda supeditada a las ideas del autor, cosa que me parece normal al no tratarse de un trabajo científico, aunque que en ocasiones hay verdaderas aberraciones.

¿Sobre qué tema o personaje escribiría una novela o un guion para una serie o película?

—Para escribir una novela o un guion hay que saber escribir ese tipo de texto. En esas creaciones hay que dar vida a los personajes y eso no resulta nada fácil. En todo caso, tengo un personaje navarro que me vendría al pelo para escribir una trilogía sobre la conquista de Navarra. Veremos.