- Se proclaman no nacionalistas, pero en realidad van más allá: son nacionalayusistas. Aquí les traigo unos cuantos, empezando por José María Marco, que glosa así en La Razón el paraíso de la Meseta: "De ahí el extraordinario experimento madrileño, que Sánchez de la Cruz denomina liberalismo popular, y que aúna reivindicación de una identidad y de una marca, como nunca había ocurrido hasta ahora, con la invitación a la libertad y a prescindir de moralinas progresistas y falsos consensos. Un modelo para otras muchas ciudades y sociedades atascadas en la nostalgia y el duelo sin fin del socialismo perdido".
- Desde ABC, Agustín Pery se suma a la exaltación cañí del oso y el madroño. "Solo nos queda Madrid" es el encabezado de una pieza pasada de almíbar que contiene fragmentos como este: "Por eso no pueden con la Ayuso ni su rebeldía ante el rodillo expoliador. Los descoloca la suficiencia de quien flota por encima del totalitarismo travestido de progresismo. Y no, Madrid pasa de tanto obseso, convencida de que su único apostolado es dar libertad, dejar hacer, dejar pasar, que es lo jodidamente difícil, acoger antes que rechazar, medir a la gente por sus capacidades, por su ansia de crecer y no perderse en la atonía de estos pardales que hoy hasta prohibirían La vida de Brian, tal es su castrante querencia por imponer, incapaces como son de convencer". Luego, los fanáticos somos demás.
- En El Español de Pedro Jota, Cristian Campos gana el concurso de títulos con esta virguería. "El putinismo español rodea Madrid para armonizarlo". Luego, la pieza es un zigzag que decepciona y que se resume en el siguiente entrecomillado: "Si el PP logra convencer a los ciudadanos de que toda España podría ser como Madrid, tendrá las elecciones ganadas. El PSOE responderá a ello exacerbando los pequeños rencores regionales y provinciales. Es decir, el nacionalismo y el cantonalismo. No es fácil luchar contra el orgullo de aldea y campanario". Quién será aquí el aldeano.
- La puntilla la pone Salvador Sostres: "Isabel Díaz Ayuso es en esto una maestra y por eso barrió a la izquierda con el voto de camareros, paletas y taxistas, y libró a la política española de la tremenda ignominia de Pablo Iglesias".