- No fue exactamente como el orgasmo fingido de Meg Ryan en Cuando Harry encontró a Sally. Se quedó en sonrisita forzada con todos los músculos faciales en tensión y la mascarilla contribuyendo al disimulo mientras la procesión iba por dentro. Pero hay que reconocer, en todo caso, el cuajo de Isabel Díaz Ayuso y Teodoro García Egea al ser capaces de controlar su gestualidad al encontrarse casi jeta contra jeta cuando llevan meses acuchillándose por tierra, mar y aire. Lo que daría uno por saber qué pasaba por las respectivas cabezas mientras las cámaras bullían para dejar constancia de la escena. O para ser más precisos con el lenguaje, de la escenificación de la tregua electoral del PP. No era casualidad que el tercero en falsa concordia fuera Alfonso Fernández Mañueco, candidato a la reelección como presidente de Castilla y León en los comicios del próximo 13 de febrero.
- Pese a los jijís y los jajás ante los flashes, no hubo grandes esfuerzos en ocultar que todo se trataba de una fría operación que buscaba lo que buscaba. Como contaba con desparpajo la prensa afín, "seguir con la crisis costaría dos puntos el 13-F". Más allá de cualquier otra consideración, resulta altamente ilustrativo comprobar la desfachatez con la que se dice públicamente que los votantes del PP, o por lo menos, buena parte de ellos, son una panda de mastuerzos que tragan con un posado a regañadientes que, con un par, se presenta como una farsa para aparentar un buen rollito que hasta el menos informado sabe que no existe ni existirá. Los cuchillos y los odios siguen volando entre Génova y la Puerta del Sol, y aún nos han de dar grandes momentos de diversión. Y a no tardar demasiado. La inquina es muy difícil de esconder debajo de la alfombra.
- Con todo, no parece que la guerra en el barro vaya a pasar factura en la inminente cita electoral. Y eso no será tanto mérito de los populares (que se ve que no) como demérito de lo que hay enfrente. El PSOE de Castilla y León, con un líder, el incombustible Luis Tudanca, que llega justo para aspirar a presidir una comunidad de propietarios, se antoja pobre alternativa. Menos, si como ha conseguido la derecha política y mediática, el eje de la campaña va a ser la explotación sin cuartel de la falsificación impúdica de las palabras del ministro Garzón sobre las macrogranjas. Preparémonos para un torrente de fotos de Casado y Mañueco en compañía de vacas, cerdos, ovejas o gallinas. De cara a las urnas, valdrán más que las de la falsa sonrisa de Díaz Ayuso y García Egea.