- Ha habido precedentes, pero lo del pasado fin de semana en Donostia ha ido más allá de la anécdota. Doble manifestación negacionista con final en comida a cuerpo gentil en Cristina Enea con capoeira, juegos malabares y promiscuidad a todo gas. No hablamos de cuatro pelagatos. Eran centenares de individuos adultos que coreaban mentecaces sin cuento como “El virus es el miedo” o “¡No tengas miedo, es mentira!”. Pancartas en euskera y castellano reproducían consignas alucinadas del pelo. Según la tesis en la que creen firmemente sin lugar a la mínima discusión, la pandemia es una sugestión colectiva para esclavizar al pueblo. Por supuesto, las vacunas son peligrosos ingenios de sometimiento promovidos por las élites —el club Bilderberg, Soros, Bill Gates... — y que, además, son totalmente ineficaces.
- Me detengo en esta última bobada. Para empezar, si todo es la trola que dicen, carecería de sentido denunciar la inefectividad de las vacunas. Pero en su ensalada mental estratosférica, estos iluminados aprovechan lo que le venga bien a su zumbe. Y aquí es donde les estamos regalando munición con titulares pésimamente enfocados sobre cómo la variante Delta está afectando a personas que ya han recibido la pauta completa. Al destacar el hecho sin dejar claro que son una minoría insignificante respecto a los no vacunados, dejamos que fluya la idea de la escasa utilidad del suero. Eso, sin contemplar otra evidencia: los contagios en los ya inmunizados son leves. Sin vacuna, serían miles de muertos.
- Lo sé, tratar de explicarlo es darse contra la pared. No hay razón a la que atiendan estos bodoques. Ya verán cómo en las cabeceras en se publica este texto se recibirán airadas protestas y exigencias de que se dé voz a los “auténticos expertos”, que son sus cantamañanas con título científico. Porque esa es otra: esta secta creciente la integran, además de cuñados rasos, médicos, economistas, ingenieros... y hasta jueces.
Qué triste vida. La ciudad de Ceuta ha declarado a Santiago Abascal Persona no grata. ¿Por qué? Sobran los motivos. Además de la llantina de los suyos, ha tenido gracia que Andrea Levy asegure que el PP no apoya este tipo de nombramientos. Olvida que en el Parlamento de Nafarroa propuso tal baldón para la consejera vasca Arantxa Tapia.
Cuidado con los negacionistas. No son solo cuñados rasos. Hay economistas, ingenieros...
y hasta jueces