Qué les voy a contar que no imaginen. El nombre y el apellido más mentados, y verán que no para bien, en las cabeceras de orden es el de la ministra española de Igualdad. ¡Dentro entrecomillados!
"A Irene Montero la vida le ha sonreído y cabría esperar que fuera una mujer llena de ilusión y alegría. La imagen que ofrece es la de estar permanentemente cabreada"
“La soberbia de Montero”, titula (dice que con pena) su pieza el director de La Razón, Francisco Marhuenda. Aquí tienen unos gramos de la condescedencia que rezuma: “No entiendo su evolución. La vida le ha sonreído y cabría esperar que fuera una mujer llena de ilusión y alegría. La imagen que ofrece es la de estar permanentemente cabreada. Lo que puedo constatar es que no me parecía tan fanática y sectaria. Es bueno recordarle que no todo es machismo. Su reacción ha sido un disparate”.
El editorialista del diario azulón carga contra Montero y sus compañeros de formación, pero el recado principal es para el primer partido del Gobierno bicolor: “El ensañamiento de los ministros podemitas y de sus altos cargos con los jueces sin que prácticamente ni una voz del Ejecutivo lo haya siquiera matizado supone una fractura institucional que en sí misma simboliza la decadencia de esta democracia en manos de una izquierda alérgica a la libertad y declarada enemiga de la división de poderes”.
"Nunca una condición ministerial ha caído a una profundidad tan abisal como con Irene Montero"
En ABC no se andan chiquitas. Piden la cabeza de la titular de Igualdad. “Una dimisión imprescindible”, se lee en lo alto del editorial. Y en la letra menunda, como cada que se exige una dimisión de alguien del Gobierno de Sánchez (que ya van unas cuantas) se asegura que se ha batido un récord: “Nunca una condición ministerial ha caído a una profundidad tan abisal como con Irene Montero. Su presencia en el Gobierno de España es un insulto al Estado de Derecho y sus ataques a los jueces, una agresión que debe sonrojar en Bruselas, donde antes o después se encenderán las luces rojas sobre las injerencias políticas en el Poder Judicial. Montero pide reeducar a los jueces con un discurso más propio de un sistema totalitario que de la ministra de un gobierno democrático y europeo”.
Desde la grada de opinateros del vetusto diario, Juan Carlos Girauta vierte más brea hirviente y eleva lo ocurrido a antesala de 1936, Utilizando algún verbo que lo retrata, como van a ver: “Es el regreso de las dos Españas. Y también del Régimen. Sí, podemos volver a hablar propiamente de El Régimen, novedad que nos va a rejuvenecer mucho con el NO-DO que viene. Creo que regresaremos a la copla y los columnistas nos pondremos a escribir con el brazo encogido. Seremos críticos desde una serenidad amigable y consensual. Mientras nos enculan, siempre podemos decir: esto habría que hablarlo”.
"Pedro Sánchez saca a los violadores a la calle"
En Libertad Digital, hay fuego a discreción, pero de entre todas las descargas, les he reservado la de titular más ruidoso. “Pedro Sánchez saca a los violadores a la calle”. Lo firma un tal Daniel Rodríguez Herrera, que propone, de saque, lo que van a leer: “Todas las leyes que han salido del Ministerio de Igualdad son una aberración misándrica que debería ser abolida en su integridad cuando en el Parlamento haya una mayoría de personas decentes. No reformada, no. Abolida. Una ley que declare extinguidas todas las normas dictadas por la extrema izquierda y restablezca el statu quo legal anterior a su llegada al Gobierno, cuando las madres que secuestraban a sus hijos para impedir que sus padres tuvieran contacto con ellos no eran madres protectoras sino criminales”.
"Las mujeres exigimos que dejen de humillarnos y ponernos en peligro desde un Gobierno que beneficia a los violadores"
En Vozpópuli, Irene González también tira por lo alto y pide “El fin del Gobierno de la violación”, con recado al líder del PP: “Feijóo está dedicado a “no insultar a Sánchez” y en prohibir los coches de más de 10 años cuando debería mostrar que es un escándalo irrespirable e insostenible. Sin embargo empieza a serlo para las mujeres que exigimos que dejen de humillarnos y ponernos en peligro desde un Gobierno que beneficia a los violadores”.
Su compañero de exabruptos Miquel Giménez aporta su cuota de cera: “Todo porque Irene Montero ni nadie de su equipo tenía puñetera idea del desastre que estaban pergeñando, por ese amateurismo que lleva a gente apenas preparada para regentar un quiosco a dirigir un ministerio con un presupuestazo, por negar la mayor. ¿Nadie advirtió que reducir las horquillas en las penas mínimas por este tipo de delito causaría un aluvión de solicitudes de revisión de condena? ¿De verdad son tan bobos?”.
"Se ponen a insultar y enseguida les sale el macho que quieren dentro"
En El Mundo, Arcadi Espada se da un festín, y lanza caspa a modo de confeti “El problema particular de la democracia española no es el de qué extremo ideológico se sienta en el Consejo de Ministros sino qué inteligencias. Además de hacer leyes con su tiro en la culata inserto reaccionan como crías escocidas cuando la realidad se toma su habitual venganza. Se ponen a insultar y enseguida les sale el macho que quieren dentro. Como para hacer leyes”.
Por ahí le anda también Luis Ventoso, subdirector de El Debate, en una pieza que después de despacharse a gusto contra la ministra, señala más arriba: “Irene María gasta una empanada ideológica impresionante. Vive instalada en los dogmas del llamado «feminismo queer», una extraña pasión por la homosexualidad que impregna a toda la pandi del Chachi Ministerio Arcoíris. Irene sale a salvajada por semana. La culpa de estos desparrames no hay que buscarla tanto en Irene Montero, que ha hecho lo que se espera de ella, pues de la burramia salen burradas, sino en aquel que para salvar su ombligo abrazó el esperpento encamándose con Podemos, Junqueras y Otegi”.
Pedro J. Ramírez, director de El Español, no se pierde el torneo de dardos contra Montero. Como verán, los arroja sin piedad: “Que la retórica no oculte la gravedad de estos hechos. Porque si algo ha demostrado que pactar con populistas no sale gratis, ese algo ha sido la rebaja de penas a agresores sexuales y violadores provocada por la ley del 'sí es sí'. Este error no lo pagará la ministra. Lo pagarán las mujeres abusadas que verán ahora a sus agresores beneficiarse de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual”.
Terminamos en El Confidencial, donde Ignacio Varela tampoco se anda con menudencias. “Violadores a la calle: gracias, Irene (el derecho no es de goma)”, es el título de su filípica. Aquí les suelto un párrafo: “La mezcla de ignorancia, sectarismo y prepotencia es muy mala para transitar por la vida, pero letal para formar parte de un Gobierno. Parece mentira que haya que explicar a estas alturas que una ley no es un manifiesto. Aún más increíble, que los tres jueces de carrera que forman parte de este Gobierno contemplen tanto desafuero (incluso participen de ellos) sin que se les mueva una pestaña. Con cuánta razón dijo Marx que el ser determina la conciencia”.