Habrá que reconocer el mérito de mantener viva la llama cuando se llevan días y días soltando (prácticamente) la misma soflama. Pero tampoco era cuestión de rebajar el tono justo cuando ya es oficial que los nueve condenados por el 'procés' van a salir hoy de la cárcel para no volver. "La democracia no sale más fuerte", se enfurruña el editorialista de La Razón, que deja para el final la enmiendad a la totalidad no solo a estos sino todos los indultos: "La democracia debe abrir el debate sobre la prohibición futura de los indultos políticos, incluso sobre robustecer la cobertura judicial del proceso, con un rol no marginal del tribunal sentenciador. Sánchez habló hace un año que salíamos más fuertes de la pandemia. Y no ha sido así en orden alguno. Su videncia vale lo mismo que su palabra, esa que prometió que los separatistas cumplirían sus penas". Sí, yo también he tenido que leerlo dos veces, y no crean que acabo de pillarlo.

Sigamos con los crujires de dientes el mismo diario. El de Julio Valdeón casi siempre es el más logrado: "El Gobierno de Pedro Sánchez consumó la gran estafa. Necesitaba comprar los votos que le permitan conservar el trono. A costa de sus conciudadanos. Si estuviéramos en guerra diríamos que nuestro presidente pacta con el enemigo para ganar ventajas frente a los suyos, que le discuten la hegemonía local. La derrota de todos por unas migajas estratégicas en el mercado interior".

En línea similar lloriquea uno de los principales imputados de la Kitchen y columnero en los paples de Marhuenda, Jorge Fernández Díez. Eso sí, la prosa es bastante peor que la de su colega: "Oír hablar a Sánchez de «reconciliación y concordia», mientras los «presos políticos» indultados, cual organización criminal en grupo, en la practica se ríen de los españoles, es una indignidad histórica que no puede salir gratis a sus protagonistas". Que se aplique el cuento, que en no mucho tiempo el exministro puede verse pidiendo su propio indulto.

En ABC, el detalle divertido es que lleva en portada a un partidario del indulto. La casualidad quiso que el mismo día que el vetusto entregaba su premio periodístico Mariano Cavia a Javier Cercas, el escritor extremeño había publicado en El País una tribuna apoyando la medida de gracia. En la foto de rigor aparece con el que va a firmar los decretos, de nombre, Felipe VI.

Pero en el editorial hay desquite. "Los indultos del César" es el encabezado bajo el que leemos el enésimo autoplagio recalentado: "Hay una utilidad, en efecto, en estos perdones: los votos que suman Sánchez y todos sus ministros con el apoyo de los separatistas. ¿Habrían sido indultados los presos si Sánchez no dependiera en el Congreso de ERC? La respuesta es evidente y descarga sobre todos los ministros la losa de la corresponsabilidad por esta burla".

Luis Ventoso, que sale a columna diaria sobre el asunto, acaba pidiendo clemencia para sí mismo: "Nos obligan a engullir una rueda de molino (y al estilo de la casa, sin aceptar siguiera preguntas y un debate previo en el Parlamento). Pero al menos déjennos el pequeño consuelo de indicar que no somos imbéciles: esto es un abuso contra la soberanía nacional, que reside en el pueblo español".

Cúbranse, que llegamos a Libertad Digital, donde no encontramos un editorial al que le sobra el texto porque todo está en el título: "Sánchez incita a los sediciosos a que perpetren una nueva consulta liberticida". Como complemento, una información que nos sitúa en los próximos juegos artificiales del centro-extrema derecha: "Abascal espera que Casado presente una moción de censura contra Sánchez o lo hará él".

En El Mundo, el editorialista pone gesto grave y advierte en el encabezado: "Será difícil olvidar esto". Eso para llegar a un final en plan Churchill de todo a cien: "Señor Sánchez: eligió el deshonor para retener el poder. Cuando los separatistas quieran, perderá el segundo sin haber recuperado el primero. No culpe entonces a quienes le venimos advirtiendo".

En la página anterior, Federico Jiménez Losantos eleva a Sánchez a la categoría de dictador para inmediatamente ponerse él a liderar la resistencia: "Y como todo dictador que llega al poder a través de las urnas, o de sentencias prevaricadoras, piensa quedarse en él. Lo hará embarcándonos en la liquidación del régimen del 78, para que los separatistas, sus socios, «se sientan cómodos» y con sus votos lo mantengan en el poder, hasta derribar el régimen. En nombre del futuro ya se está borrando el pasado y se quiere hacer del presente una finca para el dictador y sus secuaces. ¡Abajo la dictadura!".

En Vózpuli, Miquel Giménez, que lleva toda su carrera viviendo de hacer la contra al soberanismo, titula su pieza "Los que sobramos". Pelín melodramático, cuando el texto es puro cinismo: "Como sea que no pienso huir porque me pilla mayor y con pocas ganas de convertirme en desertor, siento una enorme curiosidad acerca de qué solución piensan darnos a los que sobramos".

Y para el chispún final, les he apartado un par de líneas de Guillermo Gortázar. El columnero del español es como aquel japonés que estuvo veinte años escondido sin saber que había terminado la segunda guerra mundial: "Es hora de orillar los caminos de perdición y, cuanto antes, implantar un nuevo camino de salvación. Rectificación nacionalista o 155". Sí, va a ser eso.