Se siente, se siente, el emérito estuvo presente. Y no vean qué alegrón para las huestes cavernarias, que ya piensan en el regreso del padre pródigo. "Zarzuela vira y reivindica el legado de Don Juan Carlos", festeja en portada La Razón. Bajo el titular, la interpretación de las palabras del Preparado y la expresión de un deseo: "Evita usar 'emérito' y se refiere al 'Rey' al que hizo protagonista del acto Moncloa y la Casa Real trabajan ya en la Operación retorno".
Animado por ese buen augurio, el editorialista pone la mira en los malvados que no fueron o no quisieron aplaudir. La conclusión es ya sabida. Estos rojazos son la reencarnación de los de los uniformes: "Después de oír ayer al líder de Podemos y a los partidos independentistas antes de la intervención de Don Felipe calificando al 23-F como «una operación de Estado para salvar el régimen del 78», sólo cabe decir que reman en la misma dirección que lo hizo en su momento el teniente coronel Tejero y un grupo de militares".
El editorial de ABC dice casi lo mismo, pero se diría que hasta con más vitriolo: "Terroristas blanqueados, sediciosos condenados, acosadores de jueces, defensores de delincuentes, instigadores del odio, simpatizantes de criminales€ Ellos son el golpismo de hoy y los amantes de las purgas, de la miseria económica, del autoritarismo, del nepotismo, de la ilegalidad y de la perversión del poder".
No hay dos editoriales sin tres con la misma tesis. Esta es la del diario El Mundo: "Extraña sensibilidad democrática la suya. Se diría que lamentan la derrota de Tejero o que deploran que el Estado de derecho siga plenamente vigente en España pese a sus notorios esfuerzos por erosionarlo. Su confesado afán rupturista es hoy la mayor amenaza a la que se enfrenta la democracia".
Y por ahí transita también —quién le ha visto y quién le ve— Juan ramón Lucas, de nuevo en La Razón:: "Quienes siguen teniendo la llave del gobierno, quienes mantienen en el poder a la extraña pareja de insolventes herederos del socialismo y el comunismo, son los neogolpistas contra el 78, capaces, en su intento de cambiar el mundo desde el pasado, de hacer suyos los argumentos de los golpistas que fracasaron en lo que hoy ellos pretenden conseguir".
Han escocido grandemente las ausencias en el fasto del Congreso. Y también cierta presencia con moño. Lean a Francisco Marhuenda: "El 23 de Febrero representa la victoria de la democracia y fue posible gracias a don Juan Carlos. Por ello, el republicano y comunista de Iglesias tendría que haber aplaudido y no actuar como un niño malcriado que se pone en un rincón malhumorado para llamar la atención. Los independentistas y bilduetarras ni siquiera merecen un comentario, tan solo el más absoluto desprecio".
Y otra más, casi de carril, para Pablo Iglesias por no aplaudir. La firma Pablo Molina en Libertad Digital: "La chusma no le aplaudió. Correcto. Eso es lo que debe hacer siempre la morralla perroflauta, porque sus pretendidos desplantes son otra forma de honrar a la institución".
Bofetadas para Aitor Esteban
Entre esas ausencias, y pese a que no firmó el manifiesto con otras siete fuerzas, la del PNV parece haber irritado especialmente. En una sección llamada 'Las caras de la noticia', se lee junto al rostro de Aitor Esteban: "El PNV es un grupo radical con máscara de moderado. Ayer se batasunizó con su ausencia en el acto sobre el 23-F con el Rey. Falta de coraje".
La diatriba antijeltzale la completa Luis Ventoso en ABC: "También faltó el venerable Partido Chupategui -antaño PNV-, que solo se acuerda de España para exprimir la ubre. Empiezan a resultar muy cargantes las lecciones santurronas y perdonavidas a lo Aitor Esteban por parte de un partido que va de institucional, pero que sistemáticamente desprecia a los españoles plantando los actos solemnes más importantes del país y dando la espalda a todo aquello que atañe a los intereses generales".
Y como colofón, una de las de erre que erre. Todo muy bonito, sí, pero no estuvo ya saben ustedes quién. "Lo que no es explicable es que ayer no estuviera quien, cuando fue más difícil y necesario, supo estar", sentencia en El Mundo Rafa Latorre. Mejor dejarlo aquí.