Una de las peores sensaciones que podemos vivir en casa es encontrar oxidado el hierro de ciertos objetos o muebles. Aparece en gran cantidad de sitios, incluso en grifos o suelos, dando una imagen sucia y descuidada del hogar que también puede llegar a ser perjudicial para la salud individual.
Y no solo eso: puede estropear para siempre algunas piezas que podrían durar años y años, por lo que es muy importante buscar soluciones rápidas y eficaces para poner fin a este problema.
La propuesta de ‘La Ordenatriz’
La famosa creadora de contenido, La Ordenatriz’, ha compartido en un vídeo de sus redes sociales un truco muy práctico para quitar de una vez por todas el óxido de casa y con resultados garantizados.
Se trata de un método casero accesible y fácil de preparar para cualquier persona y con el que dejar relucientes las zonas afectadas. Todo ello sin tener que recurrir a productos químicos que sean agresivos para el medio ambiente.
La piedra blanca, una aliada perfecta
La influencer habla de la piedra blanca, un producto que se puede aplicar en metales, cerámica y muchas otras superficies. Si bien normalmente se usa la esponja que viene con la piedra, se recomienda adaptar el método al material y a la mancha, aplicando estropajos.
Los que son azules no rayan y limpian mejor que la esponja original, y son los mejores para sacar brillo a las placas de inducción y vitrocerámicas. Por su parte, los verdes son más duros, ideales para utilizar en suelos y cerámica sanitaria.
Asimismo, y dentro de los estropajos metálicos, tenemos los que no rayan por un lado. Y por el otro lado están los clásicos “nanas”. Estos arrastran el óxido de superficies resistentes, como algunos tipos de metales expuestos o piedra exterior.
Una mezcla infalible
También tenemos un método muy útil para la ropa oxidada, que consiste en combinar sal y limón. Sin embargo, hay que saber bien cómo hacerlo, porque puede afectar a tejidos como la seda y el lino, tal y como recuerda ‘La Ordenatriz’ en su vídeo.
Primero, hay que aplicar la piedra blanca, frotando varias veces. Como resultado, la superficie oxidada volverá a estar libre de suciedad y brillante en poco tiempo. Además, se pueden lograr mejores resultados y adaptar su uso en función de la zona señalada.
¿Cómo evitar el óxido?
Dejando a un lado este truco, hay que evitar que el óxido aparezca de nuevo. Una de las mejores soluciones es mantener una buena ventilación y reducir la humedad, al igual que secar bien las zonas metálicas tras usarlas o limpiarlas, sobre todo en cocinas y baños.
También se pueden elegir pinturas antioxidantes o recubrimientos para garantizar que el óxido no haga acto de presencia durante mucho tiempo. O, en su lugar, aplicar aceites protectores o ceras que hagan como barrera ante el agua y el aire.
Finalmente, saber elegir qué objetos o muebles dentro de casa tienden menos a oxidarse es otra recomendación para poner fin a este problema, un detalle al que no muchos prestan atención.
