En todo hogar, hay algunas superficies que, a la hora de la limpieza, necesitan un cuidado especial. Esto se debe a que no todos los suelos reaccionan de igual manera a los productos habituales, con problemas para eliminar las manchas y todo tipo de suciedad. Desde patios exteriores, ventanas o suelos del garaje, cada uno tiene sus particularidades.
Por lo tanto, es importante conocer métodos adecuados que puedan marcar la diferencia entre la suciedad o dejarlos impolutos. Para ello, la creadora de contenido para el hogar conocida como ‘La Ordenatriz’ iene un truco muy práctico.
La fórmula mágica de ‘La Ordenatriz’
Esta influencer, famosa por sus trucos para conseguir una casa equilibrada y limpia, utiliza normalmente una estrategia llamada “fórmula mágica”. Consiste en un limpiador multiusos casero, con ingredientes y preparación sencilla, que da resultados garantizados contra las manchas más complicadas.
Proceso sencillo
El proceso empieza calentando medio litro de agua, a ser posible caliente pero sin que empiece a hervir. Justo en ese instante se echan dos cucharadas de jabón en escamas y se remueven hasta que se disuelva por completo.
Más tarde, se echan 60 mililitros de amoniaco y se vuelve a remover la mezcla para que todos los componentes se integren correctamente. El resultado final es un pulverizador que se pueda aplicar directamente sobre la zona sucia en cuestión.
Recomendaciones importantes
Cabe destacar que la mezcla se debe rociar en el área afectada y dejarlo reposar durante media hora. A continuación, se debe frotar y enjuagar para que haga efecto. Si la suciedad no se ha limpiado del todo, basta con repetir este proceso varias veces hasta conseguirlo.
Resultados increíbles
Una de las ventajas de este truco es que se puede aplicar en muchos entornos, tanto en suelos exteriores como en zonas donde el aceite y la grasa aparezcan por doquier. Es más, hay superficies que han pasado mucho tiempo a la intemperie que, con esta fórmula, recuperan su estado original.
El secreto consiste en la combinación de sus elementos: el agua caliente ablanda la suciedad, el jabón con escamas arrastra el polvo y el amoniaco actúa como desinfectante. Por lo visto, es suficiente con utilizar mezclas sencillas para acabar con la suciedad.
Otros métodos que no fallan
Si bien esta fórmula es eficaz, hay más recursos con resultados asegurados. Uno de ellos es la limpieza con vinagre blanco diluido en agua caliente, que sirve para eliminar los restos de cal y potenciar el brillo de ciertas superficies.
Por otro lado, mezclar bicarbonato con agua es una solución muy útil en este tipo de tareas del hogar. Es muy recomendable para poner fin a las manchas con moho, ya que su pasta, tras dejar que actúe y después de cepillarla, le da el brillo natural.
Del mismo modo, las manchas de aceites se pueden quitar con polvos absorbentes como el talco sin afectar a la superficie señalada. O incluso usando un cepillo de cerdas duras y jabón neutro para las áreas rugosas como las piedras o baldosas.