"Desde Vitoria se pivotó un proyecto hacia la neutralidad climática”

La alavesa y presidenta de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS) y subdirectora de la Escuela de Ingeniería de la Universidad del País Vasco, Estíbaliz Sáez de Cámara Oleaga, ha remarcado en el cuarto Green Encounter que organiza DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en el Palacio Europa que el desarrollo sostenible no es solo un desafío, “es una oportunidad transformadora” para nuestra ciudad, para nuestras empresas y, sobre todo, para todas y todos los gasteiztarras. 

De ahí que el lema elegido para su intervención haya sido el de Alianzas transformadoras para abordar los retos del desarrollo sostenible. Un trabajo en red, que como ha ilustrado, ya se ha hecho desde Vitoria, donde se pivotó el proyecto UnicitiES 2030, “en el que conseguimos la colaboración del Ayuntamiento, de la Universidad del País Vasco, del Ministerio de Universidades, de la plataforma CitiES 2030 y de la propia Agenda 2030”. 

Sus resultados

Como resultado de ello, se apoyó la aceleración de la transformación urbana sostenible en Gasteiz, se fortalecieron las redes de confianza entre la UVP/EHU y el Consistorio, se consiguió la participación del alumnado del campus de Álava en la gestión del futuro de su ciudad, gracias a una treintena de proyectos seleccionados, como el Morado sobre verde en el diseño urbano de Vitoria, el estudio sociológico de percepción de la calidad de vida del barrio de Lakua o la guía de buenas prácticas para la reducción de residuos orgánicos alimentarios dirigidas a hogares y pequeños comercios.

Y una experiencia para una nueva forma de gobernanza colaborativa.

“Inspirándonos en Vancouver, pusimos en marcha este modelo de colaboración entre universidad-ciudad/territorio para que Vitoria avanzara hacia la neutralidad climática”, ha recordado.

Retos "más abordables"

Para lograrlo así, pidieron al Consistorio que concretara los retos para que fueran “más abordables” para sus estudiantes, tal y como procuran siempre hacer desde la red que preside, que tiene, principalmente, dos líneas de trabajo: “tratar de traducir” la Agenda 2030 para adaptar su lenguaje al de la sociedad y a un público de todas las edades, porque “¿quién no quiere acabar con el hambre en el mundo, si lo decimos así? Cuando explicamos de esta manera los objetivos ODS, nadie los cuestiona”.

La segunda línea de trabajo es la de “cómo podemos actuar desde lo local”.

Precisamente, con el objetivo de llevar el conocimiento “a soluciones prácticas para el desarrollo sostenible”, surgió esa necesidad de crear espacios de colaboración. Ahora mismo, como ha detallado, todas las universidades públicas forman parte de la misma. 

La importancia del sector cultural

Sus áreas de actuación se centran en las que “por poco atrevimiento o porque no es su ámbito de actuación” no se han entrado hasta ahora.

Un ejemplo es el ODS 17+1, que hace referencia a la diversidad lingüística y cultural, el mismo que se reivindicó en Euskadi, y que se integró en REDS “desde el principio”:

“El sector cultural tiene un potencial elevadísimo para conseguir esta transición porque como se remueven las personas es a través de las emociones”, ha reivindicado.

Y ahora, como ha anunciado, el próximo proyecto de REDS va a ser el de involucrar a los jóvenes. En quince días presentarán cómo lo van a intentar lograr.