Javier García Martínez es catedrático de Química y experto en tecnologías limpias y tiene una visión destacada sobre el papel de la ciencia y la inteligencia artificial en ciudades sostenibles. Participará en la 4º edición de Green Encounter, que tendrá lugar en el Palacio de Congresos Europa y será retransmitido en directo en noticiasdealava.eus el próximo jueves día 19. El evento comenzará a las 9.30 y finalizará a las 13.30. La entrada es gratuita previa inscripción.

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En su ponencia, usted hablará sobre cómo la inteligencia artificial (IA) puede contribuir a la creación de ciudades más sostenibles y centradas en las personas. ¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las ciudades hoy en día y cómo la IA puede ayudar a abordarlos de manera eficaz? 

“Las ciudades se enfrentan a retos crecientes como el cambio climático o la presión sobre los recursos naturales”

Javier García Martínez - Catedrático de Química y experto en tecnologías limpias

–Las ciudades se enfrentan a retos crecientes: el cambio climático, la presión sobre los recursos naturales, el aumento de la desigualdad y la necesidad urgente de transformar los sistemas de transporte, de acceso a la vivienda y a los servicios públicos. La inteligencia artificial puede ayudarnos a abordar estos desafíos mediante una gestión más eficiente, predictiva y adaptativa. Por ejemplo, optimizando el uso de la energía en edificios, anticipando necesidades de movilidad o identificando patrones de exclusión social para diseñar políticas públicas más inclusivas. Lo más importante es que la IA puede permitirnos crear ciudades que respondan mejor y más rápido a las necesidades reales de las personas. 

La IA es un campo muy amplio. ¿Qué áreas específicas de la inteligencia artificial cree que tienen el mayor potencial para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en las ciudades del futuro? 

–Destacaría tres áreas principales: En primer lugar, la IA está contribuyendo a la mejorara de la coordinación del tráfico y gestión eficiente de los recursos. Por otro lado, los sistemas inteligentes de visión y análisis de imagen nos permiten identificar tendencias en el uso de los espacios y servicios públicos. Finalmente, el procesamiento de lenguaje natural permite facilitar la interacción entre ciudadanos y administración pública, por ejemplo, mediante asistentes que mejoren el acceso a servicios.

¿Podría compartir algún ejemplo concreto de cómo la IA ya se está utilizando en ciudades para hacerlas más sostenibles, resilientes o eficientes en términos de gestión de recursos y servicios públicos?

“Permite identificar ineficiencias que muchas veces pasan desapercibidas; por ejemplo, en el consumo energético de edificios”

Javier García Martínez - Catedrático de Química y experto en tecnologías limpias

–Como he comentado, la IA se está aplicando para mejorar la gestión del tráfico y el transporte público. Mediante el análisis de datos en tiempo real, los sistemas inteligentes pueden ajustar los semáforos, optimizar rutas de autobuses y reducir la congestión vehicular. Esto no solo incrementa la eficiencia del transporte, sino que también ayuda a disminuir las emisiones contaminantes. Un caso destacado es el proyecto ULTIMO en Oslo, que está implementando vehículos autónomos eléctricos para ofrecer soluciones de movilidad más sostenibles y accesibles. Otro ejemplo está en la gestión de residuos y el consumo energético. En Valencia, por ejemplo, se ha introducido el robot autónomo de limpieza UmiClean, que utiliza IA para limpiar las calles de manera eficiente, reduciendo el uso de agua y energía. 

En cuanto a la ética, ¿cuáles son los principales desafíos que surgen cuando se incorporan tecnologías de IA en la creación de políticas públicas? ¿Cómo podemos garantizar que la IA no perpetúe sesgos o desigualdades en las decisiones que se toman?. 

–La IA no es neutral. Aprende de los datos que le damos, y si esos datos reflejan desigualdades y sesgos, la IA puede perpetuarlos e incluso potenciarlos. Por eso es fundamental aplicar principios éticos desde el diseño de los algoritmos; por ejemplo, asegurando la transparencia del código, la supervisión humana, inclusión de diversos perfiles en el desarrollo de soluciones y auditorías independientes. La inteligencia artificial debe estar al servicio de la equidad, y no al revés. Esto implica también fomentar una ciudadanía informada y crítica, capaz de participar activamente en el diseño de políticas digitales.

El perfil

Javier García Martínez es catedrático de Química Inorgánica en la Universidad de Alicante, director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular y expresidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC). Ha trabajado durante más de dos décadas en el desarrollo de tecnologías limpias, especialmente en el ámbito de la catálisis y la transición energética. Además, es fundador de la empresa tecnológica Rive Technology, dedicada a reducir las emisiones de CO2 en la industria química, basada en una tecnología que desarrolló en el MIT y que actualmente está en uso a escala industrial. Desde 2012, es miembro del Foro Económico Mundial, en el que participa en la elaboración del informe sobre tecnologías emergentes.

¿Cómo puede la inteligencia artificial ayudar a las ciudades a reducir su huella de carbono y hacer un uso más eficiente de los recursos como el agua, la energía y los espacios públicos?

–La IA permite identificar ineficiencias que muchas veces pasan desapercibidas. Por ejemplo, en el consumo energético de edificios o en fugas en redes de agua potable. También puede facilitar una planificación urbana más inteligente, integrando datos sobre movilidad, densidad de población o calidad del aire para tomar decisiones que reduzcan la huella de carbono. Además, al anticipar patrones de uso de los espacios públicos, se pueden diseñar soluciones más sostenibles, como rutas peatonales más efectivas o zonas de sombra en áreas afectadas por olas de calor.

“Siempre me ha interesado el impacto social de la ciencia. A lo largo de mi carrera, he trabajado en soluciones tecnológicas”

Javier García Martínez - Catedrático de Química y experto en tecnologías limpias

¿Cree que las tecnologías emergentes, como la IA, podrían tener un impacto positivo en la creación de “ciudades inteligentes”? ¿Qué papel juega la IA en la integración de la infraestructura urbana con las necesidades de los ciudadanos en tiempo real?

–Sin duda. Las ciudades inteligentes no son solo aquellas que están llenas de sensores y pantallas, sino las que colocan la tecnología al servicio de las personas. La IA permite una integración en tiempo real entre infraestructuras de transporte, energía y saneamiento y las demandas de los ciudadanos, adaptándose de forma dinámica. Eso requiere sistemas interoperables, gobernanza transparente y una visión clara de que la tecnología es un medio, no un fin.

La calidad de vida es un tema clave en la urbanización. ¿Cómo puede la inteligencia artificial ayudar a mejorar la seguridad, la accesibilidad y la equidad en las ciudades, especialmente en términos de servicios públicos como el transporte, la salud o la educación?

–La IA puede identificar zonas donde la población tiene menos acceso a servicios y ayudar a redirigir recursos. En salud, se está utilizando, por ejemplo, para mejorar la atención domiciliaria. En educación, existen aplicaciones que personalizan el aprendizaje en función de las necesidades y de las respuestas de cada alumno. Y en transporte, permite adaptar rutas de autobuses a patrones reales de uso. En todos estos casos, la tecnología debe utilizarse como un complemento que mejore el servicio a los ciudadanos. 

VÍDEO: ¡No te pierdas la cuarta edición del Green Encounter!

VÍDEO: ¡No te pierdas la cuarta edición del Green Encounter! Eunate F. Domínguez

¿En qué centrará su intervención?

–Mi intervención se centrará en el potencial transformador de la inteligencia artificial para abordar grandes desafíos científicos y sociales. Hablaré de su aplicación en el descubrimiento científico, desde la aceleración en el desarrollo de nuevos medicamentos hasta la búsqueda de soluciones más sostenibles. También compartiré ejemplos concretos del uso de la IA en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible destacando cómo puede mejorar la calidad de vida en nuestras comunidades. Al mismo tiempo, alertaré sobre los riesgos de dejar su desarrollo en manos de unos pocos, e insistiré en la necesidad de una gobernanza ética, inclusiva y transparente, en la que participen tanto los expertos como la ciudadanía.

Ha tenido una carrera destacada en el campo de la investigación y las tecnologías emergentes. ¿Qué le inspiró a dedicarse a la inteligencia artificial y cómo comenzó su interés por las tecnologías que impactan en la vida urbana y la sostenibilidad?

–Siempre me ha interesado el impacto social de la ciencia. A lo largo de mi carrera, he trabajado fundamentalmente en soluciones tecnológicas, especialmente desde la química, para la transición energética y la reducción de emisiones. En los últimos años, me he dado cuenta de que la inteligencia artificial es una herramienta poderosa para amplificar ese impacto. En los últimos meses he publicado algunos trabajos sobre el uso de grandes modelos de lenguaje para mejorar el diseño de políticas públicas que nos permitan avanzar hacia un futuro más sostenible. Mi interés por las ciudades surge de esa misma inquietud: cómo hacer que el conocimiento científico llegue a donde realmente transforma la vida de las personas.