Que la moda sirve para lanzar mensajes es algo de sobra conocido. Si no, que se lo digan a la actriz australiana Cate Blanchett, que hace unos meses utilizó su vestido para hacer un guiño al pueblo palestino, que vive desde hace meses una situación dramática ante los continuos ataques de Israel a la población civil.
Pongámonos en situación. Todo transcurría con total normalidad en el estreno de la película El aprendiz, del director iraní Ali Abbasi. Sobre la alfombra roja, algunos de sus protagonistas. Pero todo se para cuando ella entra en escena. Cate Blanchett aparece y... todas las miradas se van directas a su vestido: una creación de alta costura de Haider Ackerman para Jean Paul Gaultier.
Se trataba de un vestido negro ajustado con cola en verde y con la parte en trasera en un rosa pálido casi blanco. La relación tardó poco en hacerse: emulaba a la bandera palestina. Y, es que, al levantar la cola del vestido, la combinación de los colores -verde del forro, negro y blanco de la falda- junto con el rojo de la alfombra de Cannes daba como resultado la bandera palestina.
Embajadora de ACNUR
La elección del vestido, con esa delicada referencia al drama humano que vive Palestina, no pudo ser más acertada, sobre todo teniendo en cuenta que Cate Blanchett llegaba a Cannes como embajadora de buena voluntad de ACNUR para dar voz a los refugiados de todo el mundo, desde Gaza a la República del Congo, y pedir que se hagan películas sobre sus “increíbles e inspiradoras historias”.
Blanchett, que colabora con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados desde 2015, ha viajado por medio mundo para encontrarse con estas personas que han tenido que huir de sus hogares. En los últimos meses ha estado en Sudán del Sur, Jordania o Níger.
“Cuando empecé, en 2015, había 60 millones de refugiados y personas desplazadas, y ahora son 140 millones. Es una cifra enorme”, explicó Blanchett en un panel celebrado durante el festival.
“Es una crisis global, un desafío global, que debería estar en más películas porque el cine es un reflejo de la realidad”, añadió. “Las historias de los refugiados no son solo de sus duras experiencias, hablan de su sentido del humor y su resiliencia, no son monolíticas. Hay muchas historias que contar”.
Nada es casualidad
El diseñador del vestido es Haider Ackerman y su elección no es casualidad, como no lo es nada de lo que Blanchett y su estilista Elizabeth Stewart ponen encima de la alfombra roja.
Se trata de un diseñador nacido en Colombia, que fue criado por sus padres adoptivos entre Etiopía, Chad, Argelia y Francia debido al trabajo de su padre, cartógrafo de Amnistía Internacional.
Finalmente, se estableció con su familia en los Países Bajos, donde tuvo la oportunidad de estudiar diseño de moda en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes.
Premio Donostia y protagonista absoluta del cartel
Sin embargo, la actriz australiana no es solo protagonista por su espectacular vestido a modo de reivindicación, sino porque este mismo mes recibirá el Premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián en su 72ª edición, que se celebrará del 20 al 28 de septiembre.
El festival donostiarra dio a conocer el nombre de la merecedora del máximo galardón del certamen, quien además protagonizará el cartel oficial de este año, obra del diseñador gráfico José Luis Lanzagorta a partir de una fotografía de Gustavo Papaleo.
El director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos, explicó que intentarán que la actriz australiana acuda con una película, aunque no lo garantiza. “Era un premio que teníamos confirmado el año pasado pero no pudo ser por la huelga de guionistas de Hollywood.
Ha cumplido su palabra. Dijo que haría lo imposible por estar este año y hace muy pocos días nos confirmó que podíamos anunciarlo y que garantizaba que estaría en San Sebastián para recogerlo”, indicó Rebordinos.
Nacida en Melbourne
Pero, ¿quién es Cate Blanchett? Nacida en un barrio a las afueras de Melbourne en Australia, es la segunda de los tres hijos de June Gamble, empresaria y profesora, y Robert DeWitt Blanchett Jr., natural de Texas, que fue suboficial de la marina de Estados Unidos y trabajó como alto ejecutivo en publicidad.
Sus padres se conocieron cuando la nave de su padre se averió en Melbourne. Cuando Blanchett tenía diez años, su padre murió de un ataque al corazón.
El hermano de Cate, Bob, padece una leve parálisis cerebral. Durante su infancia, Cate, quien por otra parte tendía a usar ropa masculina, le defendió en numerosas ocasiones cuando otros niños se reían de él.
Bob es el segundo nombre de su hijo Roman. Le citó expresamente en sus agradecimientos cuando recibió el Oscar a la mejor actriz por Blue Jasmine.
Es actriz por un viaje a Egipto
Sus inicios en la interpretación fueron fruto de la casualidad. Fue durante un viaje a Egipto, en medio de una aventura sabática con apenas 18 años antes de decidirse por qué estudios realizar, cuando se enteró de que pedían extras y participó en una película de boxeo, Kaboria. Aparece en tres escenas.
Ahí fue donde saltó la chispa de la interpretación, y a su regreso a Australia dejó la Universidad de Melbourne y fue transferida al Instituto de Artes Dramáticas de Australia. Se graduó en 1992 y se inició en la Compañía de Teatro de Sidney.
Tras participar en alguna serie de televisión, dio el salto al cine con Police Rescue (1994) y tres años más tarde trabajó con Glenn Close en Camino al paraíso Paradise Road. El resto, es historia: la intérprete australiana es ganadora de dos premios Oscar, dos Copas Volpi de Venecia, cuatro Globos de Oro y el Goya de Honor.
Además, Blanchett acumula más de 200 reconocimientos y galardones en una prolífica carrera que le ha llevado a ponerse a las órdenes de grandes cineastas como Martin Scorsese, Steven Spielberg, Terrence Malick, Steven Soderbergh, David Fincher, Ridley Scott y Woody Allen, entre otros.
Cuatro hijos y una vida privada tranquila
Cate Blanchett contrajo matrimonio el 29 de diciembre de 1997 con el guionista y dramaturgo australiano Andrew Upton en el Parque Nacional de las Montañas Azules de Nueva Gales del Sur (Australia).
Blanchett y Upton son padres de cuatro hijos: Dashiell John (nacido el 3 de diciembre de 2001), Robert Romano (23 de abril de 2004), Ignatius Martin (13 de abril de 2008), y su hija Edith Vivian Patricia, cuya adopción fue confirmada el 6 de marzo de 2015.
Se hicieron famosas unas declaraciones en las que aseguraba estar de acuerdo con la afirmación de Michelle Pfeiffer cuando dijo: “Si pusiera un dólar en una jarra cada vez que la jodo con mis hijos para cuando ellos hayan crecido habré ahorrado lo suficiente para pagar su terapia”. Aunque la actriz australiana apostilla: “Aunque con la inflación creo que me quedarían solo cinco dólares”.
Su camaleónica filmografía se ha visto acrecentada estos últimos años por su aparición en el MCU (Universo cinematográfico de Marvel).
Un papel que encaja a la perfección en su camaleónica carrera pero que pocos saben que lo aceptó porque los hijos de Blanchett le rogaron a esta intervenir en la saga. Acceder a la petición de sus vástagos le salió un poco caro, ya que para prepararse para el rol de la diosa Hela, Blanchett se sometió a un duro entrenamiento de artes marciales que incluía la capoeira brasileña.
En diferentes ocasiones la actriz ha afirmado que no fue el único papel para el que le ha tocado someterse a diferentes y complicados entrenamientos, ni mucho menos. Para su papel de Lydia Tár en TÁR, que le valió una nominación al Oscar, Blanchett tuvo que aprender tres valiosas lecciones: a tocar el piano, a hablar alemán y por supuesto a aprender a dirigir una orquesta.